Opinión

Pisando tierra

Ahora sí nos bajamos del globo de la fantasía y la fabulación, pisamos tierra firme para meternos de hoz y coz en la realidad y de esta forma nos encontramos con muchos y muy variados temas. Para empezar el podemismo impone al gobierno la subida del salario mínimo; Sánchez acata dócil y servilmente la orden, al tiempo que subvenciona con fondos europeos a cien autores para que viajen al extranjero durante dos meses “en busca de su crecimiento personal y reflexión artística”. Ya estoy yo echando mi instancia para recibir los diez mil euritos del ala: reúno todos los requisitos exigidos. Lástima que no soy tan dócil como para vivir a cuenta de la ubre oficial y por eso nunca alcanzaré prebendas. Ni falta que hace, por cierto, ya que mis amigos me darían la espalda.

El ministro de universidades, que produce tanto rechazo como aversión no sólo por su pinta sino también por su sectarismo, elimina al Rey de los títulos que acreditan la licenciatura o el doctorado de un estudiante porque no lo cree necesario. Quien no es necesario es él que está devastando el sistema de estudios superiores con necedades como dar prioridad a la mujer sobre el hombre a la hora de ocupar una plaza docente. ¿En base a qué va a poner en marcha esa discriminación?

Manuel Valls, el que fuera primer ministro de Francia venido a España con ganas de triunfar como si fuera “Gigi l’amoroso”, entrega su acta de concejal por el ayuntamiento de Barcelona y se vuelve a París con el rabo entre las piernas al no conseguir ningún puesto de relumbrón ni por sí mismo ni desde la tribuna de Ciudadanos, un partido que se ha convertido en residual y casi descabezado. El político se lleva, eso sí, un tesoro de mujer, Susana Gallardo, que todavía no sabemos si le acompañará en este nuevo intento de brillar dentro de su trayectoria política.

Hay algo que me conmueve dentro de este regreso a la realidad, y es la muerte de esos marines veinteañeros que perdieron la vida en Afganistán en esa decisión senil del presidente gagá de los Estados Unidos, que está suponiendo un baño de sangre para propios y ajenos. No sé cómo se atreve a decir que la retirada de las tropas ha sido un éxito. Los testimonios son escalofriantes y no falta la frivolidad de bocachanclas Montero cuando dice que la mujer española es tan maltratada como la afgana. ¿Por qué no se va para allá a predicar su feminismo empoderado? Por cierto que los talibanes han constituido ya gobierno sin ningún tipo de representación femenina, como suponíamos de antemano.

Y atención a la tal Armengol, la de Baleares, donde se va a impartir en tres colegios la asignatura de religión islámica al tiempo que se prohibirá la católica. ¡Éramos pocos y parió Francina! Menos mal que siempre nos quedará la princesa Leonor, que se ha ido a Gales a formarse para ser Reina en un tiempo en que, si somos optimistas, podríamos estar ya sin toda esta mugre que nos rodea, que ya nos lo vamos mereciendo, aunque si Felipe VI se nos pone como Isabel II no lo llegaremos a ver. Por cierto, vaya matraca con el aniversario de la muerte de Diana de quien algunos titulares dicen que fue “la princesa desgraciada que nunca encontró el amor”. Hombre, yo no me arriesgaría a asegurarlo porque anduvo de revolcón en revolcón desde que contrajo matrimonio, ora con un militar, ora con un mayordomo, y finalmente con Al Fayed con quien no parecía irle muy mal. La mala suerte se los llevó al otro mundo pero la cosa pintaba como que iba a terminar en el altar, no sé.

CODA. Lo que tampoco tuvo un final feliz ha sido la venida de Mbappé al Madrid. Dicen que igual para Navidad o Año Nuevo, que será cuando lo suelten los jeques…