Partido Popular

El triunfo del casadismo

Es un partido unido alrededor de su presidente que acaricia la posibilidad de conseguir la victoria en las urnas

La Convención del PP ha servido para consagrar a Casado y su proyecto para llegar a La Moncloa. Es difícil no reconocer el éxito organizativo recorriendo cinco ciudades esta semana y mostrando la potencia ideológica de la alternativa al gobierno socialista comunista. El poder de convocatoria que se vivió, con una plaza de toros de Valencia llena a rebosar, hasta el extremo de que mucha gente no pudo entrar, es la expresión de la recuperación que han vivido los populares y que se refleja en las encuestas. Es un partido unido alrededor de su presidente que acaricia la posibilidad de conseguir la victoria en las urnas. La capacidad de convocatoria refleja, también, que quedan lejos los tiempos del desgaste sufrido por los escándalos de corrupción, convenientemente utilizados por la izquierda política y mediática, junto a los incumplimientos programáticos del gobierno popular.

Casado representa una nueva etapa ilusionante para los votantes del centro derecha, porque su objetivo es, precisamente, atraer a los que se fueron a Ciudadanos, Vox o se quedaron en casa. Esta construcción de un nuevo proyecto incluye atraer a los socialdemócratas desencantados con Sánchez y sus alianzas con podemitas, antisistema, independentistas y bilduetarras.

Lo que se vivió en Valencia muestra que hay partido, Casado va por delante y Sánchez no lo puede confiar todo al crecimiento económico, porque su talón de Aquiles son los pactos con los grupos menos presentables del arco parlamentario. Uno de los aspectos más importantes para ganar unas elecciones es la ilusión y este PP renovado la genera entre sus votantes. Con la elección de un lugar tan emblemático, como es la plaza de toros de Valencia, se cerraba otra etapa dentro del plan diseñado por el presidente de los populares. Su liderazgo queda reforzado y ahora corresponde la apertura a otros sectores. En su discurso dejó muy claras sus prioridades y su proyecto para liderar el cambio. Casado dio por concluida la travesía por el desierto. La unidad del partido es algo que ahora ya nadie puede dudar, por más que insistan algunos, porque los barones territoriales cerraron claramente filas al lado de su líder. La reacción de la propaganda gubernamental y sus palmeros mediáticos es la constatación del éxito del PP. Me quedo con un compromiso: «Estaremos a la altura de los tiempos y no defraudaremos a nadie».