Opinión
Mientras los amortizan
Y los presos saldrán. Palabrita de Otegi, cónsul de paz. Pero lo harán por la gatera
Pedro Sánchez niega que vaya a canjear presupuestos por presos. Bien. Los presupuestos caerán, porque les va la vida, la púrpura, el momio. Y los presos saldrán. Palabrita de Otegi, cónsul de paz. Pero lo harán por la gatera. Con las competencias transferidas y los encajes legales necesarios. Los presos, ojo, unos individuos en muchos casos multirreincidentes. Condenados por los delitos más graves que comprende el Código Penal. Muchos, asesinos múltiples. Militantes de una organización totalitaria y profundamente racista. Comprometidos con la destrucción de la comunidad política y el Estado de derecho. Para lograr la excarcelación de cerca de doscientos homicidas, secuestradores, extorsionadores, etc., el gobierno central cuenta con la conchabanza del ejecutivo vasco y el visto bueno de la llamada izquierda abertzale, brazo político e ideológico, abogado y portavoz de una organización dedicada durante medio siglo a la muy lucrativa industria del terror y a la imposición de un ideario iliberal, radicalmente xenófobo y partidaria de eliminar a sus oponentes.
Como en 2021 cuesta justificar asesinatos, sobra con el chantaje. Con mantener calentito un clima de opresión y achique. Eta fue derrotada policialmente. Gracias al brutal sacrificio de unos funcionarios que lo dieron todo. Lo primero de sus propias vidas. Para protegernos y defender la democracia. Eta, digo, decía, apenas ya luce como un fetiche destructivo. Un cáncer incrustado en la memoria de millones. ¿Su fuego negro arranca a enfriarse? Restan los afectos y efectos radioactivos de la homicida glotonería. Miles de huérfanos, huérfanos y viudas. Los exiliados, cientos de miles. En España hemos vivido dos procesos de limpieza étnica y política sin parangón en la Europa posterior a 1945. Lo ha escrito Fernando Savater: «El terrorismo se ejerció para algo y ahora estamos en ese algo». Un «algo» indisociable de la violencia política. Que necesita de exégetas y mamporreros para disolverse. Para que sus emisarios sean aceptados como honorables. Para que, ay, al Psoe de Sánchez, y a sus delicuescentes hermeneutas en prensa, no les entren ganas de vomitar cada vez que Otegi, nuestro Gandhi en Elgóibar, presume de indulgente. Mientras amortizan a Jáuregui, Casas, Múgica, Buesa, Tomás y Valiente, Lluch...
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