Política

Pablo Casado, en su sitio

«Como encabeza todas las encuestas, Casado recibe los ataques del sanchismo y las tarascadas de algún sector del PP»

José María Gil Robles, que era un político sagaz, me dijo un día en Estoril mientras esperábamos audiencia con Don Juan III de Borbón: «La fortaleza política de cara a unas elecciones se mide por la intensidad de los ataques de los partidos rivales y también por las maniobras internas del propio partido».

A Pablo Casado le atacan sin piedad el partido sanchista y sus aliados comunistas, podemitas, secesionistas, filoetarras y otras agrupaciones de extrema izquierda. Padece también torticeras maniobras internas en el Partido Popular. Algunos columnistas, un poco histéricos, que escriben en periódicos, del mundo liberal conservador, le califican de torpe y hasta de traidor.

Pues no. Ni torpe ni traidor. Pablo Casado encabeza todas las encuestas y si hubiera elecciones generales hoy, abriría de par en par los portones del palacio de la Moncloa y se convertiría en presidente del Gobierno. Los ataques frontales y también los que padece por los flancos no han debilitado su fortaleza política. Recibió un partido político herido de muerte, como ocurrió con UCD en su día, y con tenacidad, con sabiduría, con hábil estrategia, ha conseguido devolverlo a sus cauces, situándolo con altas perspectivas de escalar el poder. Sin aspavientos, sin estridencias, con eficaz sentido común, Pablo Casado ha demostrado ser un político a la altura de la enrevesada situación actual, manteniendo con firmeza el timón de la nave popular. Y no debe alterarse por los ataques que recibe. No hacen otra cosa que robustecer su liderazgo y sus perspectivas presidenciales. Convertido en un formidable orador parlamentario, se merienda todas las semanas en el Congreso de los Diputados a Pedro Sánchez que procura eludirle siempre que puede.

Pablo Casado, en fin, es con enorme diferencia el nombre más votable del centro derecha español y el líder indiscutible del PP, partido al que sacó del precipicio y ha sabido consolidarlo de cara a las elecciones generales, todavía lejanas, lo que significa que debe actuar con firmeza y con prudencia, sin alterarse por algunas tarascadas que pretenden fragilizarle y que proceden no solo del sanchismo sino también de algún sector interno del Partido Popular.