Política

Cuidado, caerán por lo mismo que subieron

Los proyectos que se levantan sobre esas falsas ilusiones del ego acaban cayendo por la misma razón que fueron aupados al éxito

Los personalismos en política no funcionan. Pueden subir como la espuma, pero acaban cayendo. Ahí están los ejemplos recientes de Albert Rivera y de Pablo Iglesias. No había nada detrás, encima, abajo o alrededor. Y Pedro Sánchez lo ha visto y, tras unos titubeos iniciales, ya tiene a todos alineados con él. Hasta los que en su día se enfadaron están a su lado y todos vuelven a ser amigos y tiran en la misma dirección.

Por eso los más veteranos conceden una importancia relativa, aunque, a la vez, «siniestra», a la aventura de las «Otras Políticas». Yolanda Díaz y sus compañeras, de un viaje del que intencionadamente han dejado fuera a Irene, tampoco tienen nada detrás, encima, abajo o alrededor. Sánchez es personalismo, sí, pero dentro del PSOE y tiene un aparato de partido gigante detrás.

Puede que Yolanda, Ada, Mónica y Mónica sientan que son las pioneras de una nueva forma de hacer política, pero en esto me la juego al pronóstico de que tampoco habrá diferencia de género, y terminarán como acabaron Albert y Pablo si no son capaces de entender que antes que el YO está siempre el partido.

Malo cuando en política se habla más de los/las líderes que de la políticas, porque al final los proyectos que se levantan sobre esas falsas ilusiones del ego acaban cayendo por la misma razón que fueron aupados al éxito. La autonomía se convierte en autoridad, y la valentía, en soberbia. Y harían bien en cuidarse en la derecha, donde también brillan nuevos liderazgos, personalistas, que se sienten con la fuerza necesaria como para imponerse a sus «aparatos». De nuevo me la juego, y el «aparato» del PP impondrá sus «reglas», aunque sepa que no va a salir sin heridas de la contienda. Cada vez es más difícil que esta crisis acabe bien, aunque da igual que en el partido se lleven las manos a la cabeza. Este fin de semana la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha vuelto a comerle el terreno a su secretario general, y fueron sus avisos, entre líneas, a la dirección del PP los que se escucharon más en las crónicas y en los resúmenes del duelo manchego. Hoy puede apuntárselo como una victoria. Pero el futuro está por escribir. Al menos, Madrid sigue creciendo como ciudad del mundo, pero que no se descuiden, que no es verdad que nos gusten los atascos y las obras.