Religion
… Y mañana Navidad
Objetivo sustancial del comunismo y el laicismo es la descristianización de Europa
El comunismo soviético abrasó el cristianismo y lo extirpó de sus sociedades con una brutalidad que ha sido calificada históricamente de salvaje. Las potencias occidentales no callaron, pero cedieron. Y la Polonia de San Estanislao, la Rumanía de Trajano, la Hungría de Santa Isabel fueron arrojadas como pienso al oso oriental. En una buena parte de Europa el cristianismo católico, ortodoxo o protestante regresó a las catacumbas. Renació tras la caída del muro de Berlín y el orden social cristiano se restableció en toda la Europa soviética. Vale la pena la relectura de “La enfermedad infantil del comunismo, el izquierdismo”. Lenin había señalado al cristianismo como el gran enemigo a batir, estableciendo un objetivo primordial: la descristianización de Europa. Habrá que convenir que, en parte considerable, el comunismo ha conseguido sus propósitos.
La extrema izquierda, respaldada por una izquierda democrática hedonista e inconsecuente, ha combatido -y sigue haciéndolo- todos los signos cristianos desde los dogmas profundos hasta los aspectos circunstanciales de las celebraciones religiosas. Año tras año, asistimos a la apoteosis del laicismo, al intento de paganización de la Navidad y la Semana Santa y a la deformación virtual a través de la educación. Se trata de fragilizar las creencias cristianas, adulterando sus celebraciones religiosas para derivarlas hacia festividades populares de divertimento e intrascendencia. Sartre fue un eficaz ejemplo del aliento comunista contra la realidad cristiana.
Aún así, desde la Roma vaticana el mensaje del cristianismo se ha mantenido vivo y reconstructor. La Iglesia de los pobres, la Iglesia de Teresa de Calcuta, es un hecho incontrovertible. Y a pesar de todas las adulteraciones laicas o paganas, la Semana Santa vive en la religiosidad. Y también la Navidad. Dos mil veintiún años después se sigue celebrando el nacimiento del niño Dios en un pesebre de Belén. Enviado especial de ABC, en 1963, con motivo del viaje de Pablo VI a Tierra Santa, visité el portal y asistí a la misa del Gallo en la basílica de Belén. Los principios de derecho público cristiano permanecen vigentes y no retroceden. Esta noche es Nochebuena… y mañana Navidad, un año más, en fin, en el que la religiosidad del pueblo español derrota a la paganización que estimula la extrema izquierda.
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