Elecciones Castilla y León

«Pistoletazo» del «13-F»... hacia Andalucía

No hace falta ser un avezado analista para colegir que, quienes ocupen el Colegio de la Asunción y el palacio de San Telmo van a marcar para su partido una senda claramente más desbrozada hacia La Moncloa.

Con sondeos inciertos y no pocas papeletas para que la derecha continúe gobernando en Castilla y León –eso sí con inesperadas tonalidades distintas a las de pasadas legislaturas– resultaba ciertamente chocante en el arranque de la semana y enfilada la recta final de la campaña electoral en esta comunidad, que se hubiera elegido para la agenda del presidente del Gobierno, no una localidad castellanoleonesa, sino una almeriense, para ser exactos en un centro… de geotermia cardial.

Pocas veces unas elecciones autonómicas como las que aguardan este domingo se han contemplado con una perspectiva que trasciende el devenir político regional, para convertirse en pistoletazo de salida de una verdadera y auténtica carrera de obstáculos y fosos de cocodrilos hacia La Moncloa. Da la sensación a poco más de un día para el cierre de campaña, de que los socialistas tienen ya garantizado –sondeos en mano–, un higiénico control de daños y como ocurre con las prioridades de los equipos de fútbol dando por bueno un resultado que no tiene porqué ser el de la victoria en la liga, para garantizarse un mejor papel en el próximo y tal vez más decisivo compromiso de Champions, para entendernos elecciones a la Junta de Andalucía y con fecha de celebración sujeta al botón nuclear que solo puede apretar Moreno Bonilla.

No hace falta ser un avezado analista para colegir que, quienes ocupen el Colegio de la Asunción y el palacio de San Telmo van a marcar para su partido una senda claramente más desbrozada hacia La Moncloa. Tal vez por ello –como ocurriera con los prolegómenos de la campaña madrileña– las presencias de Sánchez en Castilla y León han sido más testimoniales de lo previsto antes de que Garzón pusiera los intereses ganaderos y la imagen de España a los pies de los caballos británicos, en contraste con unas más que indicativas idas y venidas a Andalucía aun sin mediar todavía convocatoria electoral. Es ahí, en el tradicional granero de votos socialistas donde el PSOE se la juega frente a unas encuestas –serias– que le dan una desventaja de casi diez puntos con respecto al PP, por no hablar de algún otro sondeo convenientemente destripado en La Moncloa que aumenta considerablemente esa diferencia. Castilla y León abre el fuego hacia la batalla andaluza y tal vez hacia el futuro gobierno de España, incluso con una previsible variante que ya se acaricia en los cuarteles de la izquierda y que pasa por el señalamiento a posibles gobiernos con la «extrema derecha» por parte de quienes no dudan en pactar con separatistas y proetarras. Se ve venir.