Casa Real

Don Juan III, 29 años después

«Enterrado en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial, en su sarcófago figura “Ioannes III, Comes Barcinonae”, Juan III, Conde de Barcelona»

El 2 de febrero de 1946, Don Juan III se entrevista en Londres con el Rey de Inglaterra, Jorge VI. Conversan largamente. El Rey de derecho de España le comunica que abandona su exilio en Suiza porque ha decidido trasladarse a Portugal. El dictador Franco ha orquestado una campaña contra él y los falangistas valerosos le califican de «rojo» y de «masón». Don Juan, que respeta a todos, y personalmente es liberal y católico, sabe que las insidias franquistas deterioran su imagen. En Portugal esos ataques se hacen más complicados porque Salazar figura como amigo de Franco y dispone de una implacable policía secreta. Además, allí vive su exilio Sainz Rodríguez, académico, exministro, consejero áulico de la Monarquía española.

Acompañado por Doña María de las Mercedes, Eugenio Vegas, Ramón Padilla y los vizcondes de Rocamora, Don Juan viaja hasta el aeropuerto lisboeta de Portela. Son las 8:15 de la tarde de aquel frío 2 de febrero de 1946. Don Juan pisa con emoción la tierra lusitana, en la que prolongará su exilio treinta años más.

Nicolás Franco, hermano del dictador y embajador de España, acude a recibirle. Le da tratamiento de majestad, como, por cierto, hicieron siempre todos los ministros de Franco, así como el entorno del dictador, Doña Carmen, su mujer, incluida. A Don Juan no le caben las maletas en su pequeño automóvil, un Mercury. El embajador le muestra un suntuoso Packard.

-No se preocupe. Aquí está el coche de Vuestra Majestad -le dice.

-Pero ese es tu coche, ¿no es así, embajador?

-No, es el coche que el Gobierno español pone a disposición de Vuestra Majestad.

Don Juan se vuelve hacia Ramón Padilla.

-Ramón -le dice-. Pídeme un taxi.

Se cumplen hoy 29 años de la muerte de Don Juan de Borbón, noticia que me llegó almorzando en mi despacho del ABC verdadero con Pérez Rubalcaba, por entonces ministro de Felipe González, que dispensó a Don Juan funeral y entierro de Jefe de Estado. De los 72 miembros de su Consejo Privado, solo yo quedo vivo y en mi libro Don Juan expliqué que le enterraron en el Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial. En su sarcófago aparece inscrito: «Ioannes III, Comes Barcinonae», Juan III, Conde de Barcelona.

Luis María Anson, de la Real Academia Española