Junta de Andalucía

El pistoletazo andaluz

Un PP que ya percibe el «efecto Feijoo» incluso en el CIS de Tezanos solo parece debatirse en la agradable tesitura estratégica de cuándo convocar los comicios a la Junta de Andalucía

No existe a día de hoy movimiento estratégico alguno, ni en los distintos partidos políticos, ni en cualquier decisión de gobierno, que no esté marcada de una u otra forma por la relevancia capital que, para el devenir de la política nacional en los próximos meses e incluso años adquiere la gran batalla electoral que asoma en Andalucía, con independencia de si el popular Moreno Bonilla aprieta el «botón nuclear» antes de las vacaciones veraniegas –el domingo 12 de junio para ser totalmente exactos– o espera a la llegada del otoño. PSOE y PP, con una izquierda podemita en busca de la identidad perdida y Vox contemplándose con auténtico techo de cristal afrontan de manera muy distinta sus respectivos vértigos ante la importancia del salto en el aire y sin red que supone la gran cita andaluza. En el caso de los socialistas, ese vértigo comienza a tornarse en angustia vital sabedores de que, tras las sonoras derrotas en Galicia, Madrid y Castilla y León desde que se gobierna en coalición con Podemos, un nuevo varapalo en el otrora granero de votos sería casi definitivo para que Sánchez, sin más palanca que los golpes de efecto en política exterior y gestionando las miserias de una profunda crisis económica acabe practicando el vuelo sin motor despegando desde La Moncloa. Por contra un PP que ya percibe el «efecto Feijoo» incluso en el CIS de Tezanos solo parece debatirse en la agradable tesitura estratégica de cuándo convocar los comicios a la Junta de Andalucía, sabedor de que, una cosa es ganar necesitando a los de Abascal y lastrando con ello parte del discurso del líder gallego antes de iniciar el asalto definitivo a La Moncloa y otra muy distinta es ganar –en línea con generosos sondeos actuales– sumando más que la izquierda y desactivando con ello la posibilidad de que al candidato... o candidata de Vox se le ponga «cara de vicepresidente/a».

Núñez Feijoo sabe mejor que nadie que mantener el pulso firme a nivel territorial es clave cuando no imprescindible para aspirar a la recuperación del gobierno de España y tal vez por ello el nuevo hombre fuerte del aparato, el malagueño Elías Bendodo ya está afrontando una primera gran tarea que no es otra que la pacificación primero y la recuperación del pulso después en al menos ocho Comunidades Autónomas donde el «casadismo» pujaba por hacer fuerte su «particular» manera de entender la relación y dependencia respecto a la dirección nacional de Génova-13. En esta feria de Sevilla veremos mucho político.