PSOE

La hora de la verdad

El Sociómetro del Gobierno vasco aporta un dato que debe llevar a la reflexión. Aunque otorga una mayoría amplísima a PNV y Bildu, detecta una disminución entre los que desean la independencia.

No es contradictorio, sencillamente y a la vista de la cuestión catalana, los separatistas deciden esperar tiempos mejores.

El PSOE tiene que elegir su estrategia para los próximos diez años porque de su política de pactos determinarán las expectativas de los independentistas.

Si continúa la polarización de la política en bloques y el Partido Socialista, como parece probable, sigue necesitando al independentismo catalán, tendrá que hacer concesiones que supondrán un camino de no retorno.

Junts x Cat se debate entre las posiciones pactistas de la antigua Convergencia y los más radicales que aspiran a la independencia de manera inmediata. Cuanto más necesarios sean en la dinámica parlamentaria, más fácil será el triunfo de los segundos y, como efecto colateral, arrastrarán a ERC en su particular duelo local.

La actualidad se inunda de la crisis económica y la guerra en Ucrania, pero los problemas de fondo siguen ahí. Está por resolver la exigencia de Aragonès de pactar un referéndum, cuestión que tiene una difícil salida para todas las partes de la mesa de negociación.

Si el PP lograse ganar las elecciones en una situación como la actual, volveríamos a los momentos de mayor tensión en Cataluña. Sin embargo, con un PP más moderado de lo que hemos conocido, el panorama cambiaría para cualquiera de los dos escenarios: gobierno socialista o popular.

Además, no solo sería posible el entendimiento en el normal funcionamiento de órganos del Estado o en la gobernabilidad de algunas instituciones, también supondría volver a los tiempos en que el nacionalismo se encajaba en el marco constitucional.

El nacionalismo vasco y el catalán, por cuestiones tácticas, han sido capaces de entenderse con todos y no les fue mal. El problema vino cuando decidieron conseguir su aspiración máxima.

La España uniforme con que sueña la derecha es una construcción fuera de la realidad del mismo modo que la asunción de postulados nacionalistas por el PSOE le hace caer en contradicciones, como, por ejemplo, la exigencia de hablar la lengua catalana o valenciana para ser médico del sistema público sanitario o de enseñanza.

En la práctica, es una manera de excluir a excelentes profesionales manchegos, andaluces o castellanos y, por tanto, de empobrecer la calidad de los servicios públicos. Llega la hora de la verdad.