PSOE
En el PSOE saben que el miedo ya no les vale
El socialismo andaluz sabe que su verdadero problema es que «Juanma», el presidente de la Junta, tampoco da ya miedo entre su electorado.
Pedro Sánchez ha debido de escuchar a sus barones sentenciar que el miedo a Vox ya no les va a funcionar para mantener gobiernos y aguantar en las urnas. Si no lo ha escuchado de primera mano, seguro que intermediarios se lo han hecho llegar estos días, justo cuando se ha oficializado que Andalucía entra en campaña. La polarización y agitar el miedo a la extrema derecha han servido como motores movilizadores de la izquierda en anteriores elecciones. Pero en la dirección federal socialista han empezado a estudiar si el invento no ha perdido fuerza: están haciendo estimaciones y dándole vueltas a una estrategia que se ha focalizado en ese eje conductor de que hay que votar a Sánchez para frenar a la extrema derecha. Un eje al que sigue enganchado el presidente del Gobierno, no hace falta más que ver el discurso que, machaconamente, repiten sus principales portavoces.
Pero bajas al terreno de la organización socialista, de los cargos que están en el día a día, y en la calle lo que les dicen es que Vox no da ese miedo que auguran los de Moncloa. Y que si los «mandos» de Madrid piensan que «con asustar a la gente con que viene Abascal, de la mano de Feijóo», pueden movilizar al electorado, «hay que ir atándose los machos porque los resultados de los próximos procesos electorales no serán buenos».
Los barones asumen que tendrán que aceptar la presencia de Sánchez en las campañas que se avecinan, pero no quieren estrategias dirigidas desde Ferraz ni que impliquen amplios desembarcos de ministros socialistas. Les consta que hoy son más una rémora que un valor añadido a un escenario complicado. Y en el que ese efecto placebo de que el PP tendrá que gobernar en coalición con Vox tiene una duración limitada porque la mayoría de derechas puede llevarse por delante muchos gobiernos de izquierdas en las próximas elecciones municipales. Además de desestabilizar a su poder autonómico.
Andalucía es un feudo de importancia estratégica clave a nivel nacional, como llave de acceso a La Moncloa. El PSOE teme que pueda ser la tumba de su líder, y el PP quiere creer que será la lanzadera de Feijóo hacia la Presidencia del Gobierno. Las dos partes miran a Vox con intereses opuestos. Pero el socialismo andaluz sabe que su verdadero problema es que «Juanma», el presidente de la Junta, tampoco da ya miedo entre su electorado.
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