Sociedad

Izquierda vs. Madre Teresa

El socialismo pretende ayudar a los pobres forzando a todo el mundo a pagar impuestos, para que el Estado después redistribuya

Hace un tiempo, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero se dirigió a sus compañeros en el Congreso del PSOE y les anunció: «ser socialista es normalmente tener muy poco y estar dispuesto a dar mucho». Los militantes lo aplaudieron a rabiar. Y yo pensé: esta debe ser la famosa Madre Teresa de Calcuta.

Efectivamente, el cristianismo predica desde hace un par de milenios eso mismo: el sacrificio personal y la entrega al prójimo. Incontables monjas y sacerdotes han llevado a la práctica ese mandamiento ejemplar en todo el mundo.

¿Qué tiene que ver el socialismo con tan abnegado servicio religioso al pueblo necesitado? Absolutamente nada, y desde luego no solo ni principalmente por el hecho incuestionable de que los líderes de la casta progresista, empezando por el propio Zapatero, vivan lujosamente. Ni por el otro hecho incuestionable: el antiliberalismo no elimina la pobreza sino que la multiplica. Es que la izquierda es fundamentalmente enemiga de la Madre Teresa, por tres motivos.

En primer lugar, porque los socialistas de todo pelaje han probado ser sistemáticamente hostiles a la Santa Madre Iglesia.

En segundo lugar, porque la equiparación socialismo-cristianismo en una supuesta identificación de sus fines de servicio al prójimo es engañosa. Los socialistas utilizan políticamente a los pobres, mientras que los cristianos aman a Dios y por eso aman a y cuidan de los pobres, como le aclaró, precisamente, la Santa de Calcuta al gran dictador de América Latina (véase «La Madre Teresa corrige a Fidel Castro»)

Y, en tercer lugar, porque la izquierda defiende lo opuesto de lo que defendía la Santa, que pedía por favor a las personas de buena voluntad que la ayudaran, para que ella pudiera cuidar mejor a los menesterosos, a los más pobres de los más pobres. El socialismo no es así.

El socialismo pretende ayudar a los pobres forzando a todo el mundo a pagar impuestos, para que el Estado después redistribuya. Si uno no le daba dinero a la Madre Teresa no pasaba nada, al menos en este mundo. Si uno no paga impuestos puede terminar en la cárcel. La coacción imprescindible del socialismo desvanece toda virtud. Por eso la Madre Teresa es una santa, y no se espera ninguna pronta canonización del Partido Socialista, ni de la Agencia Tributaria.