Pablo Iglesias

Iglesias querría ser Sánchez

«La más lista es Yolanda Díaz que se comporta como si la debacle de Podemos no fuera con ella»

No hay duda de que la coalición entre el PSOE y Podemos es muy frágil, pero es capaz de resistir cualquier contratiempo. Lo que puede parecer una contradicción se ajusta a un sorprendente realismo basado en el interés más descarnado. A los fieles seguidores de Iglesias, que tienen el comportamiento propio de los abducidos por una secta, solo les importa el sueldo, el despacho y el coche oficial. Es bueno no darle más vueltas al tema. Sánchez no miente cuando asegura que no hay riesgo de ruptura. Es verdad que tiene que aguantar salidas de tono y alguna votación incómoda, pero camina con paso firme hacía la conclusión de la legislatura en el plazo legalmente previsto. Iglesias fracasó en Madrid y Castilla León. Es algo irrelevante. En Andalucía, con la formación de la coalición comunista y antisistema le ha sucedido lo mismo. Los podemitas han quedado totalmente desdibujados. No son más que palmeros de Más País e IU a los que han permitido su incorporación como independientes. A pesar de ello, veremos cómo el telepredicador sacará pecho y sus marionetas, Belarra y Montero, actuarán como si representaran a millones de españoles.

El conglomerado pijo progre pasa por tiempos de profunda incertidumbre y decadencia. La más lista es Yolanda Díaz que se comporta como si la debacle de Podemos no fuera con ella. No sabremos si es una buena estrategia hasta que lleguen las generales. Lo que sí podemos deducir es que Iglesias debe sufrir mucho viendo que la vicepresidenta tiene un gran apoyo del poderoso entramado mediático de izquierdas y que es aplaudida por comunicadores y periodistas. No estaría mal que reflexionara sobre las razones que le han conducido a este desastre. Es evidente que resulta antipático y si aparcara su arrogancia comprendería que es el único responsable. No puede culpar a nadie, porque se lo ha ganado a pulso. Lo tenía todo y eligió dilapidar la posibilidad de consolidar un proyecto. Mi padre siempre me decía que «de donde no hay no se puede sacar». No ha conseguido acabar con Sánchez y su elegida a dedo, Yolanda Díaz, le castiga con la indiferencia más absoluta. Ahora es un prisionero de Sánchez, que es quien realmente querría ser. Le gustaría ser califa en lugar del califa. Pobre Iglesias.