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No de Portugal del AVE a Madrid

El problema es que ni Costa ni su derecha quieren tener a España cerca

Preocupa la miopía de algunos gobernantes. José Saramago, defensor a ultranza de la unión de Portugal con España, hubiera metido a la mayoría de los políticos portugueses en su famoso «Ensaio sobre a cegueira». Y es que dice el primer ministro luso, Antonio Costa, que no cabe hablar de la conexión por alta velocidad entre Lisboa y Madrid porque se trata de una «cuestión tóxica» para nuestros vecinos. Afirmación insólita que ha generado una lluvia de críticas en su país por quienes le piden a Costa, a través de las redes sociales, que explique «dónde está la toxicidad» dé contar con una línea ferroviaria que una en dos horas y media ambas capitales. «¿Es tóxico facilitar a los portugueses que puedan viajar a España y viceversa?», plantean las redes. No nos engañemos, el problema de fondo no es que falte dinero o que tal línea ferroviaria pudiera carecer de rentabilidad. El problema es que ni Costa ni su derecha quieren tener a España cerca. Prefieren la lejanía, vivir de espaldas, impedir que españoles y portugueses se vean demasiado. «De Espanha nem bom vento, nem bom casamento», reza el viejo refrán luso que Costa y su pandilla aplican a rajatabla, pese a que

Las encuestas dicen que crece el número de portugueses convencidos de que una Confederación sería buena para ambos países: más poder en Europa y fortalecimiento de la comunidad iberomericana, que agrupa a 800 millones de personas. Da igual. A Costa no le interesa el progreso de su país, sino controlar el chiringuito. ¿Un AVE a Madrid? Para qué, si él va en avión. Que se fastidie la gente