Economía

Rentas e inflación

Una vez que se topan con sus propias equivocaciones: ¿qué hacen los progres en todos lados? Pues seguir, erre que erre, con sus recetas fracasadas: pacto de rentas, más gasto y más impuestos

Cada vez que el poder ve amenazada su legitimidad pone en marcha la centrifugadora y traslada la responsabilidad a la sociedad. Por ejemplo, cuando se dispara la inflación, y se clama por un pacto de rentas, que es una excusa: si no hay pacto, si no dura lo suficiente, si no es benévolo y redistribuidor, si no castiga a las eléctricas (pintadas como causantes de la inflación, en vez de los bancos centrales), entonces igual tenemos una recesión, pero nunca será culpa de los políticos que orquestaron la expansión monetaria y fiscal, sino de la sociedad que no ha colaborado.

Se invocan los Pactos de La Moncloa, que inauguraron la mayor subida de impuestos de nuestra historia –puede verse la anécdota de Francisco Franco al respecto, y de cómo el dictador rechazó esa subida, aquí–.

Ante todo esto, empero, siempre cabe un magro consuelo: el mal es de muchos. Veamos, por ejemplo, el caso de los Estados Unidos, país a menudo considerado más serio que España. Pues, nada, allí también las autoridades aseguraron que la inflación iba a ser reducida y transitoria: «es un riesgo pequeño», afirmó la Secretaria del Tesoro, y antigua presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen en 2021. En junio de este año 2022 pidió perdón. Igual que nuestros gobernantes, le echó la culpa a la guerra de Ucrania que nadie podía prever. En realidad, varios economistas anticiparon la inflación, observando las estadísticas, que indicaban expansiones simultáneas de la oferta monetaria y el gasto público. El «Wall Street Journal» editorializó: «Mientras la Reserva Federal cometía errores monetarios, los progresistas no protestaron, fantaseando con la Teoría Monetaria Moderna con que los bajos tipos de interés podrían financiar siempre cualquier cantidad de gasto público».

Los progresistas se equivocaron, a un lado del Atlántico como al otro. El presidente Biden despotricó contra Milton Friedman, asegurando que la inflación no tenía que ver con la cantidad de dinero. Pues sí que tenía ver, como sabía la Escuela de Salamanca en el siglo XVI, y hemos vuelto a comprobar.

Una vez que se topan con sus propias equivocaciones: ¿qué hacen los progres en todos lados? Pues seguir, erre que erre, con sus recetas fracasadas: pacto de rentas, más gasto y más impuestos. Sí, claro que sí, en Estados Unidos también aseguran que solo van a pagar los ricos.