Vicente Vallés

El objetivo es durar

La inestable situación de su gobierno y las sucesivas derrotas electorales autonómicas, no permiten al presidente llegar a las vacaciones henchido de satisfacción. Pero sigue en La Moncloa.

El descafeinado debate sobre el estado de la Nación –descafeinado, por no contar con la palabra del líder de la oposición– marcará esta semana el final del curso político, más allá de los asuntos que puedan surgir antes de las vacaciones de agosto. El reglamento del Congreso no permite la intervención de Alberto Núñez Feijóo, porque no es diputado, y las normas están para cumplirse. Pero circunstancias como la presente deberían servir para mejorar aquello que sea mejorable. Y, de igual manera que sin ser diputado se puede ser candidato a la presidencia del Gobierno en una moción de censura –como Pedro Sánchez en 2018–, quizá tendría sentido que se estableciera la posibilidad de que un líder de la oposición que no es diputado pueda participar en un debate de este tipo.

Aun así, no intervenir en este evento parlamentario puede haber sido una suerte para Feijóo. Lleva poco tiempo como presidente del PP, todavía se está haciendo con las riendas del partido, y apenas ha podido asentar su liderazgo interno y externo. Someterse en esas circunstancias a un examen público intenso, como el de un pleno parlamentario tan significativo, puede no ser la mejor opción. Feijóo no tenía mucho que ganar en un debate celebrado en medio del verano, a punto de empezar las vacaciones, y en el que una victoria se olvidaría de inmediato, pero una derrota sonora podría perdurar en la memoria.

De momento, Feijóo ha optado por arriesgar poco en estos primeros meses de su mandato como presidente del Partido Popular. Puede tratarse de una decisión prudente en el inicio del que podría ser un largo camino. Pero llegará septiembre, estaremos a pocos meses de las elecciones municipales y autonómicas y a poco más de un año de las generales, y el pop dejará paso al rock duro. Y el rock duro es una de las especialidades de Pedro Sánchez.

La inestable situación de su gobierno y las sucesivas derrotas electorales autonómicas, no permiten al presidente llegar a las vacaciones henchido de satisfacción. Pero sigue en La Moncloa. El objetivo originario de la coalición era durar. Y, a pesar de todo, lo está consiguiendo.