Religion

La renuncia del Papa

Este revisionismo es muy interesante, porque los dogmas y la doctrina pasan a ser temporales o coyunturales

El Papa considera que «no sería una catástrofe» su renuncia, aunque no ha sentido «esa llamada». Es normal, porque no es grato jubilarse. Estamos ante una reacción muy mundana, que sí aplica a los que le rodean. Bergoglio es implacable con sus «enemigos» o los que no le resultan simpáticos. Hay que reconocer que le gusta ejercer el poder y lo hace de forma implacable. La Iglesia es una obra de Dios y nadie es imprescindible. Durante milenios se han sucedido los Papas. Los errores, que es la parte humana de la institución, han sido corregidos por los sucesores. Por tanto, frente a los ataques que recibo de los laicos meapilas, pelotas y paniaguados que abrevan generosamente de los establos episcopales en esta ocasión coincido totalmente con Francisco. Ha dicho que «la puerta esta abierta, pero hasta hoy no he dicho: voy a entrar. No he tenido ganas de pensar en esa posibilidad. Pero eso no significa que pasado mañana no empiece a pensarlo». Estaría bien que lo hiciera, dicho respetuosamente, para dar paso a algún cardenal que sea capaz de conectar con la sociedad actual.

Mi opinión no influirá en Su Santidad, porque no soy un periodista ateo, anticlerical y de izquierda radical que son los que le gustan. Otro aspecto que me ha llamado la atención es su concepción sobre la tradición cristiana y el dogma. No sé muy bien cuál ha sido su fuente de inspiración, pero sabemos que «si concibes la tradición cerrada, no es tradición cristiana, sino tradicionalismo». En esta ocasión su reflexión afecta a la píldora anticonceptiva y la posible autorización para que sea utilizada por los católicos. Francisco considera que «la doctrina se expande progresando». No entiendo muy bien si esto significa que sus predecesores y la doctrina estaban equivocados cuando la prohibieron. Es posible que también dependa de cada momento. Entonces era malo y ahora es bueno. Este revisionismo es muy interesante, porque los dogmas y la doctrina pasan a ser temporales o coyunturales. A lo mejor, la solución es que una empresa de demoscopia sea un dicasterio. Esta idea de que la Iglesia tiene que ir hacia adelante puede conducir a que al final resulte que tenían razón Lutero, Enrique VIII, Calvino, Zuinglio, Wyclif, Hus, los cátaros, los arrianos, los ortodoxos…, todos menos los sucesores de Pedro.