París

Más «surmulots» que parisinos

Alertaron de que París era ya una auténtica fiesta para las ratas, pues ya hay más «surmulots» que humanos en la capital

Seguramente, si usted ha estado en París de vacaciones se habrá fijado –además de en la belleza de la capital francesa– en la gran cantidad de ratas que campan a sus anchas por sus calles. Estos roedores han formado parte del encanto de París desde hace décadas, han sido mencionados en las grandes obras de la literatura, ilustrados, y hasta protagonistas de películas de Disney ambientadas en restaurantes con estrella Michelín. Sin embargo, liderar los ránking de las ciudades con más ratas del mundo no es sinónimo de buena prensa que digamos. Este año, ha sido galardonada como la cuarta urbe con mayor plaga de ratas. París está por detrás de Deshnoke, en India, y, por delante de Hamelín, Alemania. Verdaderamente, las técnicas del flautista no fueron de lo más efectivas.

El mes pasado, cuando en el ayuntamiento parisino se debatía sobre la desratización y se criticaba a la alcaldesa, la socialista de origen español, Anne Hidalgo, por no aportar los recursos políticos y técnicos necesarios para luchar contra esta peste, alguien salió en defensa de Hidalgo y, sorprendentemente, de las ratas.

Douchka Markovic, miembro del Partido Verde de la capital, afirmó que era más apropiado hablar de «surmulots» (rata parda o ratón grande de campo) que de ratas. En opinión de Markovic, consejera de París y copresidenta del Partido Animalista, dicho término tiene «menos connotaciones negativas».

Markovic defendía que los «surmulots» eran clave para la ciudad, pues se han convertido en limpiadores naturales de las alcantarillas de París y son fundamentales para ayudar en las tareas relacionadas con la basura. Markovic alababa la función de las ratas como desatascadoras de tuberías. Por tanto, debían ser contenidas de forma ética y no letal. Y mientras la activista protegía a los animales, estallaba un debate lingüístico en la opinión pública. Artículos sobre todas las expresiones peyorativas usando al roedor o la búsqueda del origen de la palabra inundaron la Prensa gala.

Con todo, la Academia Francesa de Medicina no entró en la polémica. Los académicos no se mojaron en si se deben denominar ratas o «surmulots», pero sí se subieron a la ola para dejar claro que representan un peligro para la salud humana. «Una amenaza real» para la salud pública, entre otras razones, por las numerosas zoonosis que portan. También alertaron de que París era ya una auténtica fiesta para las ratas, pues ya hay más «surmulots» que humanos en la capital. La población ha ascendido a la friolera de 1,5 a 1,75 ratas por habitante.