UME

Otros veraneos (III). La UME

«La mayor satisfacción que se puede tener en una intervención es llegar en el momento en que la gente esta tan necesitada»

Bien conocida y valorada su presencia este verano en entrañables paisajes de España, aunque los incendios forestales no sean su única especialidad. Saben del fuego, la lava, la nieve y pasaron con muy buena nota su intervención en la pandemia, algo que no entraba en sus previsiones. Porque en su ADN está la previsión y consecuentemente la preparación. No olvidan que la palabra «ejército» procede de ejercicio. Su general Luis Martínez Meijide les reiterará: «la improvisación es el peor enemigo de las emergencias», cuando en la larga y trágica lista de incendios de este año aparecen demasiados indicios de falta de previsión. En cierto modo también lo resumió la Ministra Robles en su visita al Cuartel General de la UME en la Base Aérea de Torrejón el pasado 25 de julio al pedir que «no se regatee en medios materiales ni personales» para la prevención de fuegos «porque se echa de menos un esfuerzo inversor importante». Ya nació la UME para cubrir carencias, tras los trágicos acontecimientos del incendio de Guadalajara cuando se comprobó que el fuego no reconocía límites físicos ni responsabilidades políticas entre dos comunidades vecinas. Y allí nacieron críticas porque se entendía que estas responsabilidades correspondían a otros ministerios. Prevaleció el ejemplo de otros países –Francia utiliza las Brigadas de Sapeurs Pompiers desde Napoleón III– y la confianza en la eficacia y disponibilidad de una unidad militar. No quiero pensar que alguien se escude hoy en la eficaz presencia de la UME para relajar plantillas y presupuestos. Una mujer testigo del incendio de las Hurdes diría: «tengo la impresión de que se movilizan los operativos contra incendios cuando estallan; como si se organizase un ejército una vez declarada la guerra; un buen ejército permanente prepara con tiempo sus posibles intervenciones. Aquel “si vis pacen para bellum” (1) romano, podría interpretarse en un “si no quieres incendios, gestiona mejor el territorio a medio y largo plazo durante todo el año».

Con su Cuartel General ubicado en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, donde despliegan su Regimiento de Apoyo, el Primer Batallón de Intervención en Emergencias y especialmente su Agrupación de Medios Aéreos con el 43 Grupo de Fuerzas Aéreas como fundamental elemento de apoyo,(apagafuegos), la UME despliega sus Batallones de intervención en Morón (II) , en Bétera (III) , Zaragoza (IV) ,San Andrés de Rabanedo,León (V) y con unidades de intervención en Gran Canaria (Gando-Telde) y Tenerife (Los Rodeos). Lógicamente ubicadas en Bases Aéreas cubren buena parte del territorio nacional con capacidad de mandar un primer equipo de reconocimiento en 15 minutos, los primeros elementos de intervención en una hora y en cuatro son capaces de desplegarse en cualquier punto de la Península. No son intervención inmediata que corresponde a los equipos de las Comunidades; intervienen cuando la emergencia pasa a nivel 2 y se requiere su intervención. Me dirían ayer desde Santa Cruz del Valle, Ávila a punto de salir para Boca de Huérgano en León: «estamos atentos al uso de nuevos materiales y lecciones aprendidas en las técnicas de ataque directo al fuego; los conocimientos de hidráulica para que las bombas de agua puedan vencer la mayor altura posible; el cada vez más habitual interfaz urbano forestal, el uso técnico del fuego; en definitiva todo aquello que hemos tenido que poner en practica en los 28 incendios en los que hemos participado en Julio».

Ponen ejemplos: «en 12 horas en Losacio hubo que pasar de luchar contra el fuego a tener que evacuar el municipio de Sesnandez, atender a un hombre con las manos quemadas y rescatar a una joven de 18 años sentada en el tejado de su casa que, manguera en mano, intentaba contener el fuego que ya afectaba a su leñera». «Sin duda , la mayor satisfacción que se puede tener en una intervención es llegar en el momento en que la gente esta tan necesitada». Y sus anécdotas son reales como la vida misma: «en el incendio de Monsagro el brigada Primitivo evacuando con la Guardia Civil, Guadapero y Morasverdes se encontró con una hija que pasaba unos días en este último pueblo. En la noche del 17 al 18 de julio la mujer y un hijo del Cabo 1º Negro tuvieron un accidente en la AP-7. Luchando contra el fuego continuó con su Compañía en Folgoso de Courel mientras ella ingresaba en la UCI».

Hablan siempre bien de «sus compañeros de fatigas», la Guardia Civil, Protección Civil y las brigadas territoriales: «hay verdaderos héroes».

«La experiencia te hace ganar fortaleza psicológica para afrontar todo tipo de situaciones», dirá el Capitán Ballesteros. «Y al final también ayuda mucho trabajar juntos como una familia; el compañerismo te hace fuerte; apoyarte en otros te mantiene alto de moral».

¡Mismos valores! ¡Gracias, UME!

(1) «Si quieres la paz, prepara la guerra»