FC Barcelona
El Barça de Laporta no volverá con Messi
Prometió que el Barça iba a volver. Esto es, que se había ido, El Barça de Messi se acabó en Liverpool. O tal vez antes
Por mucho que se diga, Messi no va a volver al Barça. Y si un día vuelve, su rol sería otro. Y, por supuesto, su salario. Cierto que Alves volvió al Camp Nou en ciernes de cumplir 40 años. Pero Alves no es Messi. Tampoco su salario. De hecho jugó cobrando como un juvenil. Era parte del trato.
Jan Laporta no se atrevió en su día a prescindir de Messi. A ciencia cierta, los candidatos se pelearon por ver quién estaba más cerca de Messi y de retenerlo en Barcelona. Messi se fue porqué Laporta no llegó al mínimo exigido por el jugador. No es que Laporta no lo intentara, es que no había más moneda en las arcas y mucho menos alguien dispuesto a cubrir y asumir la apuesta.
Que Messi ya no era lo que fue se ha visto en el PSG de París. Está a años luz de su época gloriosa. Pero es que ya llevaba años así. Grandes registros anotadores en la Liga española pese a menguar y un balance tan pobre como humillante en la Champions.
Por eso, que ahora volviera Messi sería como aferrarse al pasado y prorrogar un Barça decadente. Y Laporta lo sabe, no hay renovación ni nueva etapa con Messi en el equipo. Otrosí, sería que el jugador volviera como Dani Alves. Pero eso se antoja difícil, es demasiado pronto y el jugador sigue teniendo arrestos. Pretender que no quisiera liderar en el campo –o de nuevo en el vestuario y por ende en el Club– es una temeridad. Y una hipoteca para cualquier proyecto de futuro.
Jan Laporta prometió que el Barça iba a volver. Esto es, que se había ido. Con Messi mandando en el campo, omnipresente en el Club. El último triplete de Luis Enrique fue el canto de cisne blaugrana. Tras aquella hazaña, Europa se convirtió en un calvario. Una eliminación tras otra, a cual más sangrante y vergonzosa.
Laporta amarró su nuevo mandato heredando un Barça inmerso en una crisis deportiva, económica y social sin paliativos. Números rojos, una plantilla tan acabada como onerosa, al punto de ser la más bien pagada del mundo. Y, para colmo, una afición que no acude al Camp Nou ni jugándose el Barça una eliminatoria europea, aunque fuera la Europa League.
El Barça de Messi se acabó en Liverpool. O tal vez antes. Liverpool debió ser un punto y aparte para dar paso a una operación renove. No sólo no fue así si no que Bartomeu retuvo, a golpe de talonario, a esa columna vertebral culé que antaño fue la mejor y que ya estaba más acabada que las maracas de Machín.
Laporta está en la tesitura de demostrar, como Florentino Pérez, que segundas partes sí fueron buenas. Floro se sobrepuso a Mourinho, luego de poner en riesgo el prestigio del Club cuando al portugués se le fue la pinza. Floro ni se plantea recuperar a CR7. Su Madrid reina en Europa sin igual. Nadie en su sano juicio se plantea apuestas desesperadas si no está desesperado.
Messi no está en la agenda de Laporta. Por mucho que Xavi sea amigo del argentino. Ni en la agenda del Barça ni en la de Club alguno que no pretenda emular con su fichaje el de Cruyff por el Levante o el de Maradona por el Sevilla. No está el horno culé para bollos ni para más inventos que serían, en el mejor de los casos, de entusiasmo efímero. O pan para hoy y hambre para mañana. Si Laporta devuelve la gloria al Barça será sacándolo del pozo, no volviéndolo a meter. Y es que cuando uno cree que ya ha tocado fondo siempre hay quien pretende seguir cavando.
Sergi Sol es periodista.
✕
Accede a tu cuenta para comentar