Opinión

Y ahora, docuserie de Sánchez

Tras el huracán informativo de Isabel II, Pedro Sánchez ha decidido no ser menos, y sin tener que esperar a fallecer como ella, se hace realidad en el BOE la serie documental anunciada desde marzo pasado, que va a rodarse y exhibirse por televisión para que los españoles conozcan cómo y cuánto trabaja para el bien común, y lo adecuadamente que cumple su persona con sus deberes constitucionales como presidente del Gobierno.

Todo ello «al servicio de la necesaria transparencia acorde con una democracia del siglo XXI», como asegura la resolución publicada en el Diario Oficial. El Convenio, firmado al efecto entre la Secretaría de Estado de Comunicación y las dos productoras contratadas para «grabar dos programas, ampliables a cuatro», asegura que «no será propagandista», para despejar cualquier sospecha que pudiera suscitar en la oposición o en la ciudadanía por insolvencia o mala fe.

Así que los españoles podrán gozar gratuitamente de una serie similar a «The Crown», por ejemplo, inmortalizando el sacrificio que La Moncloa, dirigida por Sánchez, presta a la nación. Y para remachar el clavo de alejar cualquier sospecha de explotación económica además de la propagandista política y electoral, se afirma que, una vez amortizado el coste de la producción de la docuserie, el 20% de los beneficios obtenidos por su explotación comercial serán destinados a una ONG designada al efecto.

Es evidente, por tanto, que el objeto de esta iniciativa no es solo la transparencia exigible a una democracia del siglo XXI, ahora encarnada por Pedro Sánchez, sino también la filantropía de quien, como su persona, es el primer servidor público de España dando ejemplo de ello. Lo cierto es que el papel y la pantalla parecen aguantarlo todo, pero habrá que comprobar si el personal tolera esta singular y desinteresada iniciativa.

Aunque sea por «insolvencia o por mala fe», habrá quienes se pregunten si este proyecto no responde más bien a intereses no tan beneméritos, con las próximas elecciones municipales a la vuelta de la esquina, seguidas de las generales. Es tan atrevida y novedosa la docuserie que se supone que la emisión de sus capítulos no coincidirá con las respectivas campañas electorales, aunque con Sánchez todo puede ser.

Tarradellas pronunció una frase lapidaria: «En política puede hacerse de todo, menos el ridículo». Los creativos monclovitas todavía están a tiempo de no hacer pasar a su líder a la Historia de España por este motivo. Y que no tomen a los españoles por idiotas. El pueblo español tiene acreditado un especial sentido para detectarlo. Que «pise la calle».