Medio Ambiente

Calles más oscuras y menos luces de navidad

El nuevo régimen de restricciones lumínicas en las ciudades servirá para avanzar en las medidas de ahorro energético y la implementación de la Agenda 2030

El racionamiento energético en nuestro país no se va a quedar en menos aire acondicionado en verano y menos calefacción en invierno. El Gobierno está decidido a ir hasta el final imponiendo restricciones a la denominada «light pollution» mediante una proposición no de ley que ya ha entrado en las Cortes y se debatirá en las próximas semanas. La fotopolución hace referencia al exceso de luz artificial en las horas nocturnas en nuestros pueblos y ciudades, algo que se percibe siempre con mayor intensidad en los meses previos a las fiestas de Navidad.

Argumenta el Ejecutivo en su propuesta que está demostrado, con estudios técnicos y científicos, que la contaminación lumínica «no solo produce la pérdida del paisaje nocturno y cielo estrellado, sino que existen numerosas repercusiones negativas a nivel energético, medioambiental y sobre la salud de las personas». En efecto, los estudios más recientes al respecto subrayan que este tipo de exposición nocturna a fuentes luminosas genera cansancio, nerviosismo y puede ocasionar trastornos del estado de ánimo como depresión, al perturbar el ciclo luz-oscuridad. Además, parece existir una relación entre la contaminación lumínica y mayor riesgo de patologías como diabetes, obesidad o cáncer, amén de provocar problemas de sueño y gastrointestinales, así como cambios de humor y trastornos cardiovasculares.

Estudios al respecto subrayan que Singapur es el país más contaminado lumínicamente del mundo, hasta el punto de que el total de su población vive bajo un cielo nocturno tan brillante que el ojo humano no puede adaptarse plenamente a la oscuridad. Hay personas que duermen a pierna suelta bajo la luz, pero la inmensa mayoría de nosotros tiene necesidad de oscuridad para poder descansar, y si eso no se produce en el entorno sí que se sufren problemas de irritabilidad y falta de descanso que acaban afectando a la salud.

Pero al margen de estas cuestiones, por lo demás evidentes, el gobierno de Pedro Sánchez pretende aprovechar la circunstancia para establecer un régimen de restricciones lumínicas en las ciudades que sirva para avanzar en las medidas que exige Europa con motivo ahorro energético que implican las sanciones al gas ruso, así como la implementación de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030. Ya se vaticina un combate a cara de perro con los gobernantes municipales, sobre todo ahora que se acercan las fiestas de Navidad previas a las elecciones municipales, momento que los alcaldes aprovechan para dar el máximo de resplandor a sus calles y plazas.