Opinión

Basura y amenaza espacial

Últimamente hemos tenido ocasión de comentar diversas iniciativas científicas, especialmente misiones de la Agencia espacial norteamericana NASA, que tienen por objetivo escrutar el cosmos para conocerlo mejor y de esa manera identificar también posibles «amenazas espaciales». Se entienden por tales, la posibilidad de que asteroides, meteoros, cometas, etc., se encuentren en ruta orbital que se considere peligrosa para la Tierra, –dada su velocidad, distancia y tamaño–, por el riesgo de impacto con nuestro Planeta y las consecuencias que el choque ocasionaría. La Misión Lucy del pasado año y en fecha más reciente, la Misión DART, tienen esa finalidad y en concreto esta última ya precisó su experiencia en investigar la posibilidad de desviar la ruta de peligro de colisión del objeto cósmico, mediante el impacto provocado con una sonda lanzada sobre ella a gran velocidad. Todos los medios generalistas a nivel mundial se han hecho eco de la noticia –cuando este tipo de iniciativas anteriormente quedaban en la práctica reservadas para la comunidad científica y la prensa especializada– lo que pone de manifiesto una realidad que hasta ahora se consideraba más bien propia del género de la ciencia ficción. Lo cierto es que la NASA no dedica centenares y miles de millones de dólares para promover el interés por ese género literario o cinematográfico, sino porque esa amenaza existe, desarrollando una sección especializada en la defensa planetaria. Asimismo, el aumento de la carrera espacial, colocando satélites y sondas para multitud de fines, incluyendo el de la defensa, especialmente por EEUU, China y Rusia, ha generado una multitud de desechos que calificados como «basura espacial» pueblan el espacio. Se calculan ya en más de 500.000, los fragmentos de este tipo de basura que orbitan sobre la tierra, dificultando y poniendo en riesgo incluso la seguridad del tráfico aéreo comercial. No debe sorprender así lo sucedido ayer en España –además de otros países– con retrasos en cadena en diversos aeropuertos, destacando el aeropuerto del Prat en Barcelona, que tuvo que permanecer cerrado durante horas, afectando a 157 vuelos que sufrieron retrasos por la amenaza para la aviación comercial que suponía la reentrada no controlada en la atmósfera de un cohete chino de 23 toneladas que obligó a Eurocontrol a activar un dispositivo especial de seguimiento. Lo sucedido ayer, aunque a escala microscópica, va creando conciencia de que existen riesgos planetarios que hasta ahora pertenecían al género de la ciencia ficción apocalíptica. Tomemos nota del Asteroide Eros N- 433 del anillo entre Marte y Júpiter, de 33km de largo por 18 km de ancho, que la NASA conoce muy bien y del que previsiblemente se oirá hablar mucho en el futuro.