Política

Los unos y los otros

Antes de acusar de golpismo a todo aquel que le contradiga, Sánchez debería repasar la canónica definición de Kelsen y comprobar que se ajusta más a sus compañeros de gobierno que a la de sus opositores

¿A qué tanto lío y ruido se ha querido montar a raíz de la controversia del Constitucional? Lo que han estado haciendo tanto los unos como los otros forma parte de la pugna política y todos los participantes han usado los canales legales que nuestro sistema jurídico autoriza. Cierto es que esos canales raramente se utilizan porque están reservados a momentos de discrepancia claramente extremos, pero este era uno de ellos. El Gobierno está tomando decisiones que no sometió a sus votantes cuando se presentó a las elecciones y, como eso le saca los colores, intenta hurtar al pueblo el delator debate en el Congreso de los Diputados. Frente eso, la oposición intenta, como es su obligación, poner en funcionamiento todos los mecanismos legalmente posibles para impedirlo. Todos usan los canales perfectamente autorizados por nuestras leyes para hacerlo. No porque se le lleve la contraria el presidente del Gobierno éste debe perder los nervios y acusar de delincuente a todo aquel que no opine como él. Eso es ridículo, dictatorial y pensaba decir bananero pero, dadas las actuales circunstancias, mejor diré arábigo.

Antes de acusar de golpismo a todo aquel que le contradiga, Sánchez debería repasar la canónica definición de Kelsen y comprobar que se ajusta más a sus compañeros de gobierno que a la de sus opositores. Es ridículo e infantil pensar que, en el juego democrático, en un lado están solo los buenos y en el otro los malos. El presidente del Gobierno ha de serlo de todos, de los unos y los otros. Si se empeña en practicar esas dialécticas pueriles y poco democráticas nos hará dudar de su salud mental y su madurez, porque supondría pretender acusar de golpismo a todo el censo de españoles que no le ha votado a él. Los partidos, a veces, en lugar de preocuparse por la realidad, da la sensación de que solo desean vendernos falsos relatos de ella.