Opinión

«Abuelas suizas» y «jóvenes portugueses» ante el clima

La «religión climática» con excesivos y evidentes intereses por detrás suyo –y no precisamente solo climáticos–, ha tenido una jornada significativa y «claro-oscura» el día de ayer, de manos de la justicia

La «religión climática» con excesivos y evidentes intereses por detrás suyo –y no precisamente solo climáticos–, ha tenido una jornada significativa y «claro-oscura» el día de ayer, de manos de la justicia. La Corte Europea de DD.HH. con sede en Bruselas dio la razón a un grupo de 2.500 mujeres suizas de edad avanzada –73 años de media–, en el caso conocido como el de «las abuelas suizas» que recurrieron contra el gobierno helvético por su «inacción ante el cambio climático» y las consecuencias para su salud. Esas mujeres, remontaron en 2020 el Rin para presentar su demanda, al considerar que su gobierno no había protegido su salud en medio del empeoramiento de las olas de calor relacionadas con ese cambio. Resulta especialmente llamativo conocer los artículos del Convenio europeo de DD.HH. demandados como violados por esa inacción climática. Son nada menos que los siguientes:

-Derecho a la vida (art.2).

-Derecho a no sufrir torturas ni tratos inhumanos o degradantes (art 3).

-Derecho a la privacidad y a la vida familiar (art 8).

-Derecho a no ser discriminados por razón de su edad (art 14).

Ante semejante listado de DD.HH. reconocidos por el Tribunal como afectados por la «inacción climática» del gobierno suizo, lo que resulta inexplicable es cómo la Humanidad ha podido sobrevivir hasta nuestros días, sin Tribunales, derechos humanos y gobiernos. Esta fue la noticia «clara», la «oscura» fue la fallada por el mismo Tribunal contra la demanda interpuesta por un grupo de jóvenes portugueses litigantes contra Portugal y 32 países más, a raíz de la devastadora ola de incendios forestales padecidos en el país luso en 2017. Esos incendios significaron la mitad de la superficie calcinada ese año en el territorio de la Unión, y «ellos» lo consideraron consecuencia de la ola de calor causada por la inacción climática de esos gobiernos demandados. Observamos una curiosa diferencia entre el caso de las «abuelas suizas» y los «jóvenes portugueses», auténticos «jóvenes prodigio» con litigantes de entre 11 y 24 años de edad. Uno de ellos, Andre Olivera de 15 años, ha declarado que simplemente desean que los gobiernos hagan lo que prometieron hacer en la declaración de París sobre el Clima, en 2015. Esta demanda fue inadmitida sin entrar en el fondo de la cuestión al considerar que no habían sido agotados todos los trámites procesales previos en Portugal. El resumen es que «la inacción climática es una violación de los DD.HH.». Un auténtico fallo histórico en Europa. De momento no conocemos cómo puede afectar, por ejemplo, en África y en China. Sin olvidar a los pirómanos.