Tribuna
Balance de la ofensiva comercial de Donald Trump
China es una anomalía. Una dictadura comunista empleando capitalismo estatal que ha roto todas las reglas de la OMC
La Ronda Uruguay del GATT (1986-1994) constituyó el episodio de liberalización comercial de más éxito de la historia. Recortó o eliminó aranceles y subvenciones, reguló los servicios y protegió la propiedad intelectual. Pero se esperaba una evolución hacia la democracia y el libre mercado en todo el mundo. Desde los años setenta hasta 2012, EEUU fue líder global en exportaciones, con bastante ventaja sobre Alemania, Japón, Francia y Reino Unido hasta 2010. Durante este periodo los mayores exportadores fueron las mencionadas potencias e Italia, Canadá, Países Bajos, Suiza, España, Bélgica y Corea. El año que China ingresó en la OMC (2001), las exportaciones de EEUU superaron el billón de dólares, mientras que las chinas fueron de 287.400 millones. China adelantó a EEUU en 2012, con cada país vendiendo por valor de 2,2 billones.
China es una anomalía. Una dictadura comunista empleando capitalismo estatal que ha roto todas las reglas de la OMC: obligación de empresas extranjeras de compartir tecnología, depreciación artificial del yuan y violación de la propiedad intelectual. Desde 2015 Pekín ha otorgado cientos de millones de dólares a sus empresas tecnológicas mediante subvenciones, deducciones fiscales y préstamos a bajo interés.
Entre 2017 y 2019 Donald Trump aplicó aranceles sobre 360.000 millones de exportaciones chinas. Xi Jinping no cumplió lo pactado en el acuerdo de fase 1 de 2020, que le obligaba a adquirir 200.000 millones más hasta 2022 en manufacturas, energía y productos agrícolas estadounidenses. Joe Biden mantuvo los aranceles y añadió otros sobre productos tecnológicos como paneles solares y vehículos eléctricos.
La ronda de Doha de la OMC lanzada en 2001 ha sido un fracaso en parte porque potencias emergentes como India rechazan importar más productos agrícolas de países ricos. Las cadenas de producción de semiconductores y vehículos ya flaqueaban antes de Covid-19. EEUU otorgó mediante el plan Marshall 133.000 millones de dólares para la reconstrucción y ayuda de 18 países de Europa en 1948-51. Fomentó la integración europea, estableciendo un sistema único de pagos y derribando barreras comerciales. Durante la Guerra Fría la izquierda acusaba a EEUU de obligar a los países en vías de desarrollo a adoptar el libre comercio únicamente para beneficiar a sus multinacionales.
En 2024 el déficit comercial de EEUU en bienes alcanzó un récord de 1,2 billones. Los 295.000 millones con China son atribuibles en parte a las mencionadas prácticas ilegales. Con otras potencias se deben a la deslocalización por menores costes y el dumping de ciertos productos. EEUU no puede ser culpable único de haber promovido el libre comercio y de ahora querer destruirlo.
Los aranceles compensatorios anunciados el 2 de abril y posteriormente suspendidos pretendían forzar la negociación con las potencias con mayores superávits con Washington. Trump y su equipo han sellado acuerdos con la mayoría de sus principales socios comerciales que benefician tanto a EEUU como a los demás países. El acuerdo concluido con el Reino Unido abre el mercado de productos agrícolas a ambos países y disminuye drásticamente el arancel sobre los vehículos británicos. Japón ha conseguido un arancel de sólo 15% y se ha comprometido a invertir 550.000 millones de dólares en EEUU. Washington gravará la mayoría de importaciones de la UE con un 15%, no el amenazado 30%. Bruselas promete adquirir 750.000 millones en Gas Natural Licuado (GNL) y combustible nuclear de EEUU en los próximos tres años y de no comprar más GNL a Rusia. La Casa Blanca pactó aplicar a Vietnam un arancel del 20% (no el amenazado 46%) y que se eliminen para las exportaciones de EEUU. Vietnam, cuyo superávit fue de 123.500 millones en 2024, impondrá un arancel del 40% a los productos reenviados por su territorio a EEUU. Indonesia pagará un arancel del 19% y suprimirá sus aranceles sobre el 99% de las exportaciones estadounidenses. Filipinas también tendrá arancel del 19% y estrechará los lazos militares con Washington. Las negociaciones con la India han avanzado mucho. La tregua con China se prorrogará la próxima semana más allá del 12 de agosto. China mantiene sus exportaciones de Tierras Raras a EEUU y el arancel compensatorio de Washington sigue en 30%.
La recuperación de producción de tecnología, vehículos, medicamentos, aluminio y acero es legítima para garantizar la seguridad nacional. También la persigue la UE. Pero es inútil en sectores de menor valor añadido y muy bajos costes laborales.
El segundo vector de la reindustrialización de Donald Trump son inversiones de multinacionales. En mayo obtuvo compromisos de gasto de Arabia Saudita de 600.000 millones en energía, tecnología e infraestructura. Emiratos Árabes Unidos anunció 1,4 billones en la próxima década en proyectos en EEUU en energía y tecnología y la compra de 28 aeronaves de Boeing. Qatar proyecta destinar 500.000 millones en una década en IA, centros de datos y manufacturas avanzadas. Otras inversiones previstas por multinacionales son sustanciales: 500.000 millones de Apple en cuatro años en IA y manufacturas; 100.000 millones de TSMC para plantas de semiconductores; 50.000 millones de AstraZeneca; y 20.000 millones de Amazon para centros de datos en Pensilvania.
Dr. Alexandre Muns. Profesor, EAE Business School