A pesar del Gobierno

Cumbres y paripés

La Razón
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En las famosas "cumbres"de la Unión Europea se congregan los principales responsables de los problemas que padecen los europeos, y hacen el paripé presentándose como los que van a resolverlos. El ridículo de las cumbres es creciente, pero conviene apreciarlo porque los paripés son distintos y sus grados de solapamiento también. Los gobernantes coinciden en vestir estos encuentros como pasos hacia la solución. De ahí que cada cumbre sea presentada como "decisiva", para que los políticos puedan colgarse medallas por sus supuestos méritos ante la mitigación de los males que afligen a sus súbditos. Si no hay mejoras apreciables, la solución es que la cumbre decisiva, pero decisiva de verdad, sea la siguiente.

Como es obvio, el ya abultado desapego de los ciudadanos europeos ante la inútil o nociva burocracia de Bruselas inevitablemente aumenta con el número de paripés sucesivos. Asimismo, los intereses de los políticos pueden ser contradictorios, en la medida en que, típicamente, la credibilidad de las instituciones europeas requiera costes políticos que deban pagar las autoridades nacionales. De ahí los tradicionales tira y afloja, como los que hemos visto a propósito de Grecia. Ayer se produjo otro más, con España como protagonista. El ajuste del sector público, que es debido a sus propios excesos durante la irresponsable y dispendiosa gestión de Smiley, no se iba a hacer para satisfacer principalmente a otro poder que no fuera el de la Moncloa. Cambiado su titular, Barbie anunció que el déficit no va a ser el prometido por los socialistas, sino el 5,8 %. Añadió sin pestañear que así se cumple la normativa de la UE y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Vamos, para que nos quede claro hasta qué punto esa normativa y ese Pacto siempre han sido sendos paripés.