¿Y ahora qué?

La comunidad internacional está de acuerdo, esta vez: Gbagbo debe abandonar el Gobierno porque ha perdido las elecciones. La ONU se teme una guerra civil y ha ampliado su mandato. El Banco Mundial ha congelado los fondos de ayudas a Costa de Marfil. Las presiones llueven de dentro y fuera del continente africano. Francia y Alemania recomiendan a sus compatriotas que salgan, si pueden, del país.

Mientras, lejos de reconsiderar su situación, Gbagbo se aferra a su trono y manda mensajes claros al mundo entero: aquí estoy, aquí me quedo.

¿Y ahora qué? Si el temor es una guerra civil, queda descartado desalojarle por la fuerza y sustituirle por el legítimo ganador de los comicios. Pero, si se queda, ¿qué pasará en la calle? Sólo cabe esperar que las fisuras inunden el barco de sus partidarios y hasta el capitán se vea obligado a abandonarlo. Y que se rompa de una vez por todas la espiral de elecciones, fraude, protestas y vuelta a empezar.