Amagos de moción de censura

El PP ha dado un giro de 180 grados en su posición sobre la reforma laboral. Su primera reacción fue preparar el terreno para apoyar la medida, en coherencia con su exigencia de que se introdujeran modificaciones en el mercado del trabajo. Ahora, en la víspera de que el Consejo de Ministros apruebe el decreto, echa marcha atrás y marca distancias acariciando incluso la posición del "no". Su decisión final estará muy influida por CiU y por PNV. Si nadie apoya al Gobierno, por supuesto que el PP tampoco le dará su voto a favor ni "salvará"a Rodríguez Zapatero de lo que cree que es un escenario obligado de moción de confianza. Los "duros"de Génova hacen cálculos sobre la posibilidad de que Zapatero se quede otra vez solo. Dicen que eso sería tanto como el final del Gobierno y que debería llevar inexorablemente a una moción de censura. Tal cariz está tomando el debate en los partidos que parece que lo importante no es ya qué reforma laboral se aprueba sino si esta vez cae o no el Gobierno. Yo digo que esta vez no caerá. Pero también digo que todos se están equivocando. Si no rectifican, todos, quien herede recibirá un solar lleno de escombros y será el rey de la ruina.