Cataluña

A otra cosa

La Razón
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La otra mañana vino a mi oficina un tipo perfecto. Cuando digo perfecto quiero decir que tenía pelo (o sea, que tenía, sin importar el color), ojos azules, nariz chatita, hombros descomunales, cintura de avispa, era alto, esbelto, amable, educado, cuerpazo y además está felizmente casado, con una niña y esperando al segundo hijo. Salí del encuentro dando voces y pidiendo que se tomen medidas porque que no hay derecho a que este hombre no socialice su cuerpo, que no nos dedique un ratito a cada una de nosotras, que se le pague un sueldo como si fuera una pensión para que se pueda ganar la vida así y que mejore la raza que estamos pa los chacales, y se lo digo a Vds con conocimiento de causa porque bajo bastante el nivel. Todo este comentario (sic) lo escuchó la parte masculina de la oficina y, obviamente, esa parte abrió la boca. «Si llega a decir lo mismo un tío no se qué cómo te hubieras puesto». Llegados a este punto y con gente que en más de una ocasión ha sido zafia hasta la extenuación, sabes que estás a un paso de que te llame feminazi. Que si a ti se te ocurre hacer una broma en esos términos (les juro que no pasó de ahí) ya tienen coartada para vender su misma mierda de siempre y es que, en el fondo, no soportan que puedas equipararte a ellos. Pero lo peor de todo eso es que nos siguen culpando: antes la impunidad les salvaba y ahora somos unas radicales y les tenemos arrinconados. Siempre la culpa de esta parte. No aprendemos, la verdad, y me temo que tendrán cómplices entre nosotras. A medida que ganamos terreno lo perdemos. Una pena. P.D. ¿Me perdonan, por favor, que escriba de algo que no sea Cataluña? ¿Me dejan que escriba en los próximos días sobre cada cuánto tiempo hay que limpiar las brochas de maquillaje? ¿Sobre lo que nos jode el cambio de hora y el ahorro de energía que no entiendo? ¿Sobre si la titularidad de Casillas en el Oporto es cuestión de estado? ¿Debe Cristiano Ronaldo salir de su casa en bolas para que le veamos todos los músculos? En fin, cosas así, ligeras y que nos saquen de tanta intensidad. Volvamos a la tontuna que ya estoy hasta el gorro de escuchar a escondidas RAC1.