Miguel Ors

A una manita del Barça

L9 Votante

El votante es un ser sumamente suyo, luego sumamente no objetivo. ¿Ganará el Balón de Oro Ribéry? ¿Lo ganará Ronaldo? ¿Lo ganará Messi? El feo, el guapo y, tal vez, el mejor. Ribéry, de entrada, es francés, y eso pesa. «Con Francia, con o sin razón» (De Gaulle). Ribéry es la figura suma del Bayern, con el que ha labrado triplete de títulos. Eso pesa también. Ronaldo es el más potente y el más guapo, pero no es el más goleador, tampoco el más agavillador de títulos y eso pesa igualmente. La esencia del fútbol es el gol: Messi, en eso, es el más esencial, el más goleador de los tres. Expuesto lo cual, conclusión: no sé quién alzará el Balón de Oro.

–¿A usted quién le gustaría que lo exhibiese?

–Yo soy muy raro. Soy sumamente objetivo, luego que lo alce... Cristiano Ronaldo.

X11 Messi

Messi, según los sabios, es el mejor paridor de goles del mundo. Gana en el Barça, al año, quince millones de euros netos (dicen). El Barça, hace un año, le renovó el contrato hasta 2018. Messi, sin embargo, quiere más dinero.

–¿Se siente acaso mal pagado Messi?

Messi, probablemente, antes de contestar a esa pregunta, pone como argumento de negociación su colosal currículo, que es también el currículo colosal del Barça: 4 ligas, 2 copas de Europa, 2 copas del Rey, 2 supercopas de Europa, 4 supercopas de España, 3 botas de Oro, 4 balones de Oro, 3 pichichis, 2 mundiales de clubes (seguro que olvido algún trofeo más).

–¡Jo, qué Atila del césped y del balón!

Messi entró en el Barça con sólo 13 años. El Barça lo es todo para él, a la vez que el Barça sin él no sería quizá lo que es. El valor del dinero, como nadie ignora, es relativo. Conocemos el precio de Messi, pero no exactamente el precio-valor que le ha dado –y le sigue dando– Messi al Barça. Asunto intrincado.

Balón, euros, televisión, espectáculo, forofos, Hacienda: ésta es la miscelánea que mueve pasiones y millones en el bendito y ocioso (para socios y paganos) mundo del fútbol.

J12 Aleluya

Neymar, como Simeone. Los dos hispanoamericanos. Los dos con idéntica filosofía: día a día, partido a partido, paso a paso. El lema de la Guardia Civil es –o era– paso corto y vista larga. El de Simeone y Neymar, vista corta y paso largo. Neymar, ayer, hizo su primer «hat trick», y acabado el partido, sin arrogancia, con humildad a lo Nadal, declaró:«Todos trabajamos para que no se note mucho la ausencia de Messi». Brindis inteligente del brasileño, o sea, «yo no soy todavía Messi; este largo paso de mi primer triplete en el Barça no debe hacerme creer que ya soy lo que todavía no soy».

Hay que respetar a los ídolos consagrados, claro que sí, y esperar sin desesperar.

V13 MotoGP

Marc Márquez, «el otro Nadal». Carismático, familiar, campeón de campeones. A sus 20 años, cara de crío, mirada pícara, ha ligado ya tres títulos mundiales (125, Moto2 y MotoGP). Si en estos últimos días no he leído siete u ocho entrevistas con él, no he leído ninguna. En todas baraja las «Marc palabras» como agresividad, reivindicar, valor. Reconoce que su agresividad es instintiva y que la presión no le arredra. Le obsesiona la reivindicación del título, la próxima temporada. ¿El valor? Fe, trabajar, no dejar de aprender, concentración... «El otro Nadal».

S14 Estados

El Real Madrid, que estaba envalentonado y baladrón, esta tarde, en Pamplona, ha pasado del Estado del Bienestar al Estado de Incertidumbre.

–Otra vez una «manita» de cinco puntos a favor del Barcelona.

Recurro al topicazo para consolar a mi amigo Hernán San Pedro:

–Queda mucha Liga, hombre.

Lo preocupante, a partir de ahora, sería que el Real Madrid, en otra tarde aciaga, frisase el Estado de Malestar.

¿Culpable el árbitro del feble y desarmonizado partido del Real Madrid? Mal Clos Gómez, es verdad, pero también anubarrado el Madrid. ¿Por qué un equipo tan soberano y macizo (salarios, calidad, creatividad) se desinfla de manera tan poco lógica?

¡Ah!: los cambios de Carlo Ancelotti, tarde y nada afortunados. Vuelta al Estado de Incertidumbre.