Al mundial

El jeque del PSG, Al-Khelaïfi, tranquiliza al Atleti, «no os preocupéis, que no vamos a por Oblak». Guillermo Amor, portavoz del Barça, no desmiente los contactos con Griezmann, y el Atleti se cabrea, tanto, que denuncia al club azulgrana ante la FIFA, que últimamente parece un paño de lágrimas.

En el Atleti están más moscas que un pavo en Navidad y han optado por el contraataque, el arma que es santo y seña de este club desde que Luis Aragonés la utilizó como forma de vida y subsistencia. El supuesto interés azulgrana por la perla francesa, el pasado verano obligó a una medida desesperada: duplicarle la cláusula de rescisión, de cien a doscientos millones, y mejorarle el sueldo para que aguantara hasta el cierre del mercado. Llegado el 2 de septiembre, la cláusula retornó al origen, pero se mantuvo el salario. Griezmann tontea, se deja querer y su voluble personalidad anima a otros clubes a tirarle los tejos.

Y el Barça, según parece, lo ha hecho en repetidas ocasiones. Y, presúntamente, vuelve a la carga ahora que el Atleti es segundo en LaLiga, que tampoco ha perdido un partido y que está a 6 puntos de la tierra prometida. El Atleti, como si nunca hubiese tanteado a un jugador de otro equipo seis meses antes de que concluyera el vínculo, ha denunciado la situación a la FIFA, que ha prestado atención. Como para no hacerlo, ahora que el fútbol español le ocupa más tiempo que limpiar los cristales en la sede de Zúrich. Por cierto, que diría Villar, que Infantino, el presidente, ha terminado de un plumazo con el aviso interesado de Ángel María cuando lanzó que Italia está al acecho de la descalificación de España para el torneo ruso. Las clasificaciones, en el campo, sentenció. Podría decirse que la Selección, si en algún momento estuvo inquieta, ya puede respirar tranquila. Con elecciones o sin ellas, España jugará el próximo Mundial.