Restringido
Aprendiz de brujo
«El aprendiz de brujo» es un poema sinfónico de finales del S. XIX que cuenta la historia de un aprendiz de las artes de la brujería que aprovecha la ausencia de su maestro para dar vida a una escoba, de esta manera, la escoba hará el tedioso trabajo que se le ha encomendado a él.
Algo así ha intentado hacer Podemos en Andalucía pero, al final, como en la obra artística, les ha salido bastante mal.
Han sido ochenta días muy ilustrativos que nos han ayudado a despejar algunas incógnitas sobre los partidos emergentes. El gran perdedor ha sido la formación del sr. Iglesias. La táctica de negociación que han diseñado ha tenido como consecuencia que hayan pasado de verse a sí mismos como «imprescindibles» para la política andaluza, a ser irrelevantes en la actualidad. Pero lo más importante es que ha quedado al descubierto la estrategia que tienen como partido político.
Lo que hemos percibido es que el objetivo de Podemos no era estar al servicio de Andalucía, sino al servicio de sus propios intereses que, sinceramente, creo que quedan lejos del interés general. Tantos meses beligerando contra el sistema y contra la forma de hacer política, para terminar imitando sus peores maneras. No son ninguna renovación política, sencillamente hemos visto mucha ambición de poder y muy poca de país.
La presidenta en funciones ha realizado una última ronda de contactos el martes y miércoles anunciando que si no se aseguraba en esta ronda de conversaciones la confianza de la Cámara, convocaría elecciones. No llegó a agotar el plazo del 5 de julio, del que podía disponer. Echó un pulso que claramente ha ganado y que ha puesto al descubierto a todos los demás.
El PP antepuso sus intereses a los de todos. Es el antagonista del PSOE, por tanto su posición natural de voto era en contra de la investidura. Es verdad que en un escenario político como el que se había perfilado en las últimas semanas también podrían haber llegado a la conclusión de que el bloqueo institucional era malo para Andalucia y haber facilitado la investidura de la sra. Díaz, y haber respetado un mandato claro de gobierno que le dieron las urnas.
Otra posibilidad es que ante el aviso de convocatoria de elecciones hubiesen entendido que llevar a los andaluces cuatro veces en un año a las urnas no es lo que los ciudadanos esperan de partidos responsables y hubiesen decidido, también en este caso, apoyar la elección de la presidenta.
La última opción que se me ocurre es una visión cortoplacista de su líder, el sr. Moreno, y que ante unas nuevas elecciones, y después de comprobar su situación electoral el 24 de mayo, por los propios intereses del PP, hubiesen decidido dar cobertura institucional al PSOE.
Pero lo que sí que era impensable era lo que pasó, ver cómo el PP andaluz anunciaba que si el PSOE accedía a mercadear poder institucional, un puñado de ayuntamientos a cambio de la comunidad autónoma y entonces dejarían de tener reparos.
En política y en la vida no sólo es la estética, que también, la que debe regir las actitudes y las decisiones, hay que abrazarse a la ética, y el sr. Moreno tenía muchos argumentos más o menos en el marco de una legitimación ética, pero eligió justo el equivocado.
Ciudadanos no partía como favorito a la hora de ser determinante en los procesos de formación de nuevas mayorías parlamentarias, sin embargo está sabiendo hacerlo dando, al tiempo, estabilidad institucional y réditos para su formación política, leen el resultado de las urnas y no aparentan ansia de poder institucional, ya veremos.
La cura de humildad que ha tenido Podemos ha sido importante, siendo la tercera fuerza política pensaron que habían ganado las elecciones y han rematado sus errores acusando al PSOE de pactar con la derecha, los mismos que llevan ochenta días votando con el PP en el Parlamento Andaluz.
La sra. Díaz echó un órdago y lo ha ganado, Podemos fue de farol, envidó a grandes y sólo llevaba pitos, el PP no llevaba cartas , pero además las dejó ver, y Ciudadanos, parece que llevaba juego.
Se ha puesto de moda una forma de hacer política que a muchos no nos gusta porque trae consecuencias negativas para el país. Para ganar elecciones hay que ocupar espacios en las televisiones, es un instrumento fundamental de éxito electoral. Algunos lo vieron claro y se especializaron en ello, el problema es que una cosa es ir a un programa y otra es echarse sobre los hombros la vida de las personas.
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