Rosetta Forner
Besar sapos
¿Qué le pasa a un hombre que maltrata e incluso asesina a una mujer a la que dice amar? Un maltratador no se relaciona con una mujer por razones de amor sino por una masculinidad trastornada y enfermiza. Son hombres malos. La desaparición de la «autoridad» en la sociedad ha derivado en un tipo de hombre agresivo que toma las cosas que quiere por la fuerza, y cuyo enfado justifica la violencia sobre la mujer porque la considera un objeto a tener como sea. En mis libros, insisto mucho en que la mujer debe aprender a amarse, cuidar de sí misma y protegerse de los hombres malos. ¿Cómo? Reconociéndolos. Cuanto más disfuncional es un hombre, más aparece como un enamorado según la idea falsa que ha inculcado Hollywood.
Toda mujer debería practicar el «enséñame la patita por debajo de la puerta» cuando conozca a alguien interesado en ella. Debería entrevistarle, analizarle antes de relacionarse con él. No todas las relaciones merecen la pena. Nos falta educación emocional y nos sobran patrones relacionales disfuncionales en series de televisión, películas, y libros de literatura pseudoerótica que anestesian el sentido común en las mujeres. El hombre malo existe, es real. Un celoso no es un hombre enamorado, es un agresor en potencia. Quien censura, critica, humilla, controla... es un maltratador psicológico y de ahí al maltrato físico sólo hay fina línea invisible. Debemos hacer caso de las señales de alarma. Ninguna relación debe ser más importante para una mujer que ella misma. El amor no es ciego. El hambre emocional y las ideas «de hombre ideal» son las que ciegan el sentido común. Soy partidaria de prevenir. Estoy comprometida en enseñarle a la mujer a ponerse la corona (símbolo de dignidad, valoración), y dar calabazas a los caballeros de armadura oxidada que se crucen en su camino. Toda mujer debe ser para sí misma lo mejor que le ha pasado. No al maltrato. Sí al amor.
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