Presidencia del Gobierno

Bipartidismo

La Razón
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Respetar a las minorías es un principio básico en una democracia, y no se puede ignorar a los partidos minoritarios en un Estado de Derecho; pero lo que está ocurriendo en España es que, gracias a la insensatez del Partido Socialista Obrero Español, estos partidos con menor apoyo ciudadano son los que deciden, los que imponen su criterio en asuntos de la máxima trascendencia. Hablando claro, son los que mandan, y algunos incluso desprecian y hasta insultan a las mayorías.

Cada vez que oigo a diputados de partidos nacionalistas catalanes y vascos decir que el sentido de su voto dependerá de la oferta política que se les haga para Cataluña o para el País Vasco, más valoro a los diputados de cualquier circunscripción, que trabajan por su provincia y por las demás sin chantajes territoriales porque saben que representan a todos los españoles. Para la minoría de diputados independentistas su prioridad, según ellos mismos han manifestado, es romper y separarse de España. Sin los votos de estos diputados, que no se sienten españoles, en la elección del presidente del gobierno de la nación en la que no quieren estar, Mariano Rajoy con 170 votos habría sido investido presidente. Son muchas las razones que tiene Pedro Sánchez para no obstaculizar la formación de un gobierno, esta es una más, y muy importante.

Los que no creen en la democracia no aceptan los resultados electorales cuando no les gustan, y menos aún cuando no tienen representación, como ocurrió en las municipales de 2011, cuando los que no se habían presentado a las elecciones hicieron un «círculo» rodeando los ayuntamientos, insultando, amenazando y cercando a los concejales elegidos por los vecinos. En Madrid los concejales del PP y del PSOE, que habíamos conseguido el 73% de los votos, tuvimos que salir del ayuntamiento protegidos por la policía del acoso de los «demócratas» cercadores que golpeaban los coches en los que íbamos mientras gritaban: «Que no nos representan». Pablo Iglesias y los suyos pretenden que su minoría del 21% se imponga al 55% de votos que suman el Partido Popular y el Partido Socialista –con los socialistas lo están consiguiendo–. Eso sí, en las disputas internas de Podemos la mayoría lamina de forma tajante a las minorías que muestren la más mínima discrepancia –que le pregunten a algún cesado con nocturnidad y alevosía–.

La minoría de Ciudadanos tiene todo el derecho a pactar con un partido y con otro según les convenga, pero desde la representación de sus 32 diputados deberían respetar a Mariano Rajoy como candidato del partido más votado por los españoles, que obtuvo 105 diputados más que ellos y aumentando la diferencia en 22 diputados en sólo seis meses.

El bipartidismo ha sido en España, como en otros países, muy positivo para la democracia, y espero que lo siga siendo. El Partido Popular sabe que el liderazgo político tiene que ser de los dos partidos en los que más confían los ciudadanos, y en un momento tan crítico como el actual debería traducirse en una gran coalición entre ambos, como tantas veces ha propuesto Mariano Rajoy; y si el partido del no sigue diciendo no, que gobierne el más votado, encabezando la oposición el segundo en número de votos. El PSOE no asume la responsabilidad que deben tener los dos partidos preferidos por los españoles , parece que ha optado por dejar las decisiones más importantes a los que tienen menos votos. Por ese camino, muy pronto, uno de esos partidos minoritarios será el que ha cumplido más de cien años de historia.