Julián Redondo

BP gana a CR

BP gana a CR
BP gana a CRlarazon

Cambió Simeone a dos futbolistas y la luz se hizo. Antes de que entraran al campo Arda y Griezmann, el Atlético podría haber jugado sin delanteros. Le bastaba con un sistema ultradefensivo y BP (Balón Parado) –gol de Tiago en un córner– para empatar a uno en el Bernabéu contra CR (Cristiano Ronaldo), el mejor de su equipo, con ansia de comerse el mundo en su reaparición: provocó el penalti de Siqueira y empató. No hubiese necesitado el Atlético a Mandzukic ni a Raúl Jiménez, el poste bajo y el poste alto, y no es una metáfora. Son dos palos y uno de ellos, el espigado mexicano, un misterio de la generación «ni-ni»: ni chuta, ni regatea, ni se desmarca, ni aporta. Ni tiene suerte. En el minuto 62 Bale casi le arrancó la camiseta dentro del área y Mateu señaló córner. Más que un remedio, el cuate parece un enchufado. Tampoco tuvo suerte su compatriota Chicharito; relevó a Benzema, muy desafortunado, jugó media hora y a los cuatro minutos vio la amarilla. No hizo más.

Los cambios de Simeone-Burgos fueron trascendentales, Arda por Gabi, peligrosamente fallón; Griezmann por el incomparecente Jiménez y el también necesario de Mario por Mandzukic con el 1-2. Con el turco y el francés, el Atlético empezó a jugar al fútbol frente a un adversario acelerado y roto, precipitado, y ya no dependió sólo de los paradones de Moyá, cuyas virtudes encrespaban aún más a un sector del Bernabéu contra Casillas. No fue culpa suya el 0-1 y cada vez que tocaba el balón escuchaba música de viento. Una parte del madridismo le ha sentenciado y él se pregunta: «¿Qué delito cometí, contra vosotros, naciendo...?». La vida de Iker no es sueño, es una pesadilla. El 1-2 fue un acierto de Juanfran al centrar, sin que Coentrao lo evitara, de Raúl García al dejar pasar el balón y de Turan al rematar pegado al palo. El Atlético progresa y el Madrid está a 6 puntos del Barça. Peligro.