Angel del Río

Calentamiento sindical

El calentamiento global del mundo sindical está alcanzando temperaturas más que preocupantes, tanto en el fondo como en las formas. La oposición al Partido Popular en los ayuntamientos gobernados por éste y en la Asamblea de Madrid no la hacen con tanta virulencia los partidos políticos, como la ejecutan los sindicatos, verdaderos arietes contra las reformas y recortes de la administración. Han extremado su acción hasta consagrar la violencia como una forma de presión en los conflictos. La huelga de limpieza en Pinto ofrece lo más ilustrativo del comportamiento de los llamados «piquetes informativos», que protagonizan actos vandálicos, destrozos y jalonan con la guinda muy expresiva y contundente de algunos de los instigadores, con frases como: «Hay que ser extremista. Al que vaya a currar hay que arrastrarle», que es un claro ejemplo de permitir la libertad individual de cada persona, de no introducir coacciones y dejar claro que los piquetes sólo son informativos.

Los sindicatos se quedan sin fechas en el calendario para terminar 2013 batiendo el récord del mayor número de huelgas sectoriales en la historia de la democracia, coincidentes con gobiernos del PP en distintas administraciones. Cuando Madrid apenas se ha repuesto de la huelga de limpieza viaria, nos llega la de mantenimiento de alumbrado público, fuentes ornamentales y semáforos. Los convocantes saben donde le duele más a Madrid y a los madrileños en estos días, y se sentirán como héroes si consiguen el apagón en el alumbrado navideño y en el convencional; si dejan las fuentes ornamentales reducidas a su quietud de piedra y provocan el gran tapón por culpa de un funcionamiento irregular de las señales semafóricas. Las huelgas parecen hechas para producir el mayor daño posible a terceras personas, y los servicios mínimos, para convertirse en el coro de la Bernarda, a donde se va para cantar y después hacer como que no se ha ido. No es que las reivindicaciones más duras vuelvan a casa por Navidad, es que este año no se han ido.