Julián García Candau
Capitán general
Siempre me ha parecido indignante que payaso haya sido para algunos sinónimo de insulto. Ni los años han borrado de mi memoria infantil a los Hermanos Díaz y a Emi, Goti y Cañamón. En la de mis hijos están Gaby, Fofó y Miliki. Por parecidas razones protesto porque algunos colegas, para reprobar a Joseph Blatter lo hayan equiparado a Chiquito de la Calzada. Hay que pedir perdón a este singular artista. Chiquito pierde en la comparación.
Blatter tampoco acierta en la graduación militar. Cristiano Ronaldo no es comandante. Es capitán general con mando en plaza. La comandancia es grado inferior. Ni siquiera el casi debutante Bale debe adscribirse a esta categoría de jefe militar. De momento puede ser considerado teniente coronel en situación de ascenso.
Ni siquiera para denigrar al árbitro se debe recurrir a compararle con un «clown». Pitó tres penaltis que no lo eran, pero ello, aunque parecieron bromas, como mucho, se podrían equiparar a función de «Halloween», fiesta importada y que ha sustituido a la de la sandía con que los padres nos hacían un farol veraniego. A Teixeira Vitienes II se le podría cantar aquello de «el farol del pimentón, ni pepitas ni melón». El penalti acertado contra el Real Madrid evitó la relajación dado que, después, el segundo tanto sevillista dio la emoción que se preveía imposible cuando en media hora ya estaba el 3-0 en el marcador del Bernabéu.
El Sevilla falló el empate a tres y la respuesta fue el cuarto gol del Madrid. La lucha continuó y los sevillistas obligaron a Diego López a detener dos remates de gol. El partido divirtió y el Sevilla no desmereció pese al rapapolvo final.
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