César Lumbreras

Chaparrones

La Razón
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Las lluvias de este fin de semana se van a quedar en chaparrones, por más que alguno de ellos pueda ser localmente fuerte. En otros puntos caerán cuatro gotas, popularmente conocidas en algunas comarcas como matapolvos y, en bastantes zonas, ni eso. En resumidas cuentas, que estamos muy lejos de que llueva lo que se necesita para el campo, la tierra, los árboles, las plantas, los animales, las personas, la salud, la producción de energía y para impedir que los pantanos se sigan vaciando. A estas alturas del otoño ya deberían haber caído las primeras nevadas en las montañas; sí, esas que son importantes porque «hacen la cama» para aquellas otras que deberían venir más tarde, permitiendo que los copos de estas segundas cuajen más rápidamente. Tanto unas como otras son claves para que se vaya almacenando la nieve en las cordilleras, que se convierten así en depósitos del agua que terminará llenando los pantanos cuando se produzca el deshielo, allá por la primavera. Pero, por lo que parece, las lluvias y las precipitaciones de nieve serán un milagro. Mal se presenta, de momento, el nuevo año hidrológico, del que ha transcurrido poco más de un mes, teniendo en cuenta además que las reservas de agua y los embalses están bajo mínimos. En cambio, donde sobran chaparrones es en el asunto de Cataluña, aunque más bien son tormentas persistentes, que a veces amenazan con convertirse en ciclones y huracanes. Los de carácter económico se han comenzado a notar ya, y no me refiero sólo a la huida de más de 2.000 empresas, sino a los datos del paro de octubre. En esta comunidad autónoma se produjo una importante subida. Visto lo anterior parece una locura convocar paros y huelga general para los próximos días, pero... en este lío hace ya tiempo que se perdió el seny y se impuso el sentimiento y el corazón. Y, mientras tanto, Puigdemont en Bélgica, un país que va mucho con su carácter, por lo impredecible que puede ser en todos los sentidos. Por cierto, para hoy se anuncian chaparrones en Bruselas.