Irene Villa

Contra el miedo

Que se anteponga la unidad a cuestiones partidistas es siempre loable, pero si además se hace el enorme –para muchos chocante– esfuerzo de unirse contra todos los que amenazan el sistema, es motivo de alegría, especialmente esperanzador para quienes hemos visto vulnerados nuestros derechos humanos y, muchas veces, también la ausencia de condenas capaces de ayudarnos a superar lo que parece insuperable. Se agradece que se trate de «mantener vigente el recuerdo a las víctimas del terrorismo, honrar con su dignidad y promover el testimonio de gratitud». El cuarto pacto antiterrorista que ha creado tanta polémica, resulta imprescindible para que nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado puedan luchar contra los terroristas, los que se burlan de la democracia y de los derechos humanos. Aunque una de las partes, el PSOE, se comprometa a eliminar la pena permanente, con carácter excepcional y revisable, en cuanto disponga de «una mayoría suficiente», hay que tener en cuenta que estamos bajo la amenaza de, por ejemplo, el Estado Islámico, cuya crueldad no conoce límites, ni compasión. Además de las decapitaciones y de quemar vivos a sus prisioneros, son capaces de asesinar a niños de una región de Irak, como recoge el «Daily Mirror» británico, por ver un partido de fútbol entre Irak y Jordania, y violar, según ellos, «la ley islámica». En Bruselas, por ejemplo, esta misma semana militares, policías y helicópteros se movilizaban en el consulado español ante la alarma de terrorismo yihadista. No se puede vivir con miedo y menos porque grupos terroristas así nos lo impongan. El odio no podrá vencer nunca.