Lucas Haurie
Cospedal no se resigna
Juntarse a comer, menú de tieso a 8.60, con dos colegas que jamás abandonarán el bendito vicio de olisquear noticias pone los artículos en bandeja. «Susana baila sola y no es seguro que eso sea bueno para ella. Demasiada exposición para tan poco fondo», tercian con cierta inquietud a un lado de la amistosa trinchera. Enfrente, muy cerquita de donde se toman las decisiones en el PP, se sufre con nostalgia de lo no vivido la rotunda reticencia de Arias Cañete a dar la batalla por Andalucía y se explica el empeño de Zoido por promocionar a José Luis Sanz. «No es que crea demasiado en él, es que está deseando que nombren a cualquiera para quitarse de los carteles y centrarse en Sevilla. Con las encuestas que maneja, sabe que los próximos meses van a ser decisivos para apuntalar una mayoría más arrolladora que la que consiguió en 2011». Entonces, ¿por qué tarda tanto el partido en nombrar un candidato? «Porque Cospedal está convencida de que Zoido puede hacer en la Junta lo mismo que hizo en la Alcaldía: hostigar al bipartito y provocar el vuelco electoral. Desde Génova y desde La Moncloa, no dejan de presionarlo para que dé el paso, pero se le ve muy firme en la idea de que Andalucía no es Sevilla. En eso tiene razón, y además es complicado que su famosa micropolítica tenga éxito a nivel autonómico». Ambos trufaron las conversaciones serias con jugosísimas anécdotas mucho más interesantes que estos cabildeos, pero al firmante, lamentablemente, no lo consideran en el muy lucrativo sector del corazón. Les aseguro que François Hollande, al lado de algún rijoso cercano, es una monja carmelita.
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