Escritores

Derecho a marcharse

La Razón
La RazónLa Razón

Las televisiones y los juzgados se están convirtiendo en los nuevos circos de tres pistas con payasos, saltos mortales y algún que otro muerto. Ya verán como el día menos pensado, y no será muy lejano, una persona matará a otra en un plató de televisión y quizá entonces alguien reaccione. En la televisión –la mala– y en las salas de juicio se cocina el nuevo pan y circo. Deberían imponer el derecho de admisión por salud mental. Consideraba Baudelaire que habría que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: el derecho al desorden y a marcharse. Si fortaleciéramos este último, todo iría mejor. Y quien dice marcharse, dice también «marchar» a alguien porque ya saben que hay personas a las que les cuesta irse y hay que «irles». Podría estar hablando de España pero esto ha ocurrido en Egipto.

Una periodista ha sido condenada por la justicia egipcia a tres años de cárcel por incitar al libertinaje. Su gran delito fue contar en televisión la realidad de ser madre soltera. Al parecer, todo es mérito de un abogado que considera que la periodista se dedicó a incitar al personal con ideas malsanas. Por si fuera poco, también en Egipto y también en una televisión, un jurista ha dicho que es un deber nacional violar a las mujeres que usan ropa provocativa porque así se lucha contra la prostitución y el libertinaje. Pero a este ejemplar nadie le ha acusado de incitar a nada, el hombre sólo estaba dando su opinión. Y estos son los que han estudiado. De encefalogramas planos no dijeron nada, supongo que con mostrarlos les pareció suficiente. Lo que si hicieron fue recordar que la infidelidad en una conducta desviada y la homosexualidad una vergonzosa enfermedad. Hay quien llama a eso libertad de expresión porque la semántica, como la verdad, se puede retorcer tanto que al final las palabras dicen justo lo contrario a la realidad. Y mientras en Egipto la verdadera libertad de expresión muere desde el golpe de Estado de 2013 , aquí en España esa libertad y ese derecho cada día se adultera más con calumnias y difamaciones. El derecho a marcharse de Baudelaire va pidiendo paso a gritos.