Cataluña

Desobediencia Torra

Desobediencia Torra
Desobediencia Torralarazon

La noticia en España –pese a que estaba anunciada con mucha antelación, por lo que no debería habernos cogido de sorpresa– es «la sentencia». Al igual que ocurrió con la exhumación de Franco, hemos conocido el fallo filtrado previamente, y digo «filtrado» porque no lo ha dado a conocer una nota de prensa del Tribunal Supremo.

Sabíamos que la sedición sería la acusación que finalmente se aplicaría como delito principal , y no la de rebelión. También contábamos con que se producirían incidentes y altercados violentos de todo tipo, que es la «desobediencia civil» por la que el señor Torra viene clamando desde su presidencia vicaria de la Generalitat. Las imágenes emitidas en televisión son lo suficientemente expresivas como para no tener que comentarlas. El independentismo catalán se ha quitado la careta y su rostro descubierto no muestra ninguna sonrisa, sino odio y locura. A este respecto, me comentaba un amigo que lo que está sucediendo en Cataluña en los últimos años no se puede entender ni explicar totalmente sin tener en cuenta la dimensión preternatural presente en esta situación. Si, lo han leído bien: «Preternatural». Recomiendo a los lectores interesados bucear en algunas publicaciones sobre la vinculación histórica y actual entre el anarquismo, el catalanismo y el espiritismo. Esto último es –quizás– lo más genuino y el rasgo diferenciador de lo que sucede aquí en relación a otros movimientos subversivos que antes y ahora se producen por diversas latitudes.