Julián García Candau
Dos trombas
Dos trombas le bastaron al Madrid para golear al Levante, que en ningún momento estuvo a su merced. En la primera reacción fulgurante se superó el 0-1. En la segunda mitad, cuando Acquafresca y Barkero desaprovecharon la oportunidad de empatar, fue la salida de Cristiano, Di María y, fundamentalmente, Özil; en poco más de cinco minutos Munúa, que había hecho lo imposible por defender dignamente su portería, recibió tres tantos más. Lo vaticinó JIM, entrenador levantinista. El Madrid parece que no está y en un abrir y cerrar de ojos te machaca. Así ocurrió de nuevo.
Hubo rotaciones, pero menos. Mourinho dejó en el banquillo a titulares, Casillas, Varane, Özil, Cristiano y Di María; los tres últimos comparecieron en la segunda parte, y contó con Sergio Ramos y Xabi Alonso, porque ambos provocaron la tarjeta ante el Galatasaray y, al no poder jugar en Estambul, ayer no tuvieron descanso. Mourinho, cuando vio que su equipo no se hacía con el partido, mandó a Cristiano y Di María a hacer ejercicios de calentamiento. Marcó el Levante en jugada a la contra, obra del canterano valencianista Míchel y la aparición de las estrellas en la banda haciendo carreritas fue mensaje para quienes estaban dentro del campo.
El Levante plantó cara. Su permanencia en Primera la tiene prácticamente asegurada y este año ha vivido el goce de la Liga Europa, en la que ha hecho gran papel. En el Bernabéu le bastaba hacer digno papel a pesar del resultado. La diferencia de clase se acabó imponiendo. Con todas sus figuras, el Real Madrid se vengó de los disgustos que ha tenido en el campo levantinista.
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