¿Dos y dos son cuatro?

¿Quién ha dicho que dos y dos son cuatro? Eso depende. Basta poner el oído en la barra del bar o atender los debates de los políticos o las discusiones de los tertulianos o seguir, sin ir más lejos, la política catalana, para convencernos de que aquí no es la regla general. Será porque España es diferente o porque abusamos del pensamiento dialéctico o porque con frecuencia nos atolondramos, por puro interés o por lo que sea, pero entre nosotros hasta las evidencias engañan. Pondré unos cuantos ejemplos:

EL TENDERO: pues claro. Si dos y dos no fueran cuatro, a mí no me saldrían las cuentas.

EL ECONOMISTA: no, no; depende de la coyuntura y de distintos algoritmos. Hay variaciones...

EL ABOGADO: ¿a usted qué le interesa que defendamos?

EL FONTANERO: ¿con IVA o sin IVA?

EL ASESOR FISCAL: ¿qué quiere usted que le salga en la declaración? ¡A devolver, supongo! Pero ¿cuánto?

EL PERIODISTA: depende de quién lo diga y en qué medio lo diga.

EL SINDICALISTA: para el patrón, sí; al patrón siempre le salen las cuentas. Para el obrero, dos y dos no son nunca cuatro.

ARTUR MAS: ésa es una imposición más de Madrid contra Cataluña. Un falso debate para humillarnos, organizado por Montoro. A mí lo que me interesa es el 3 por ciento.

ORIOL JUNQUERAS: ¡cómo va a ser lo mismo en Cataluña que en Extremadura! Dos y dos serán cuatro cuando alcancemos la libertad, entonces, sí.

EL DE LA CUP: ésa es precisamente la norma clave del sistema capitalista; hay que acabar con ella sin contemplaciones. Es la regla que oprime a los de abajo y beneficia a los de arriba. ¡Rebelémonos contra el 2 y 2 son 4!

PEDRO SÁNCHEZ: propongo cambiar la regla, en clave federal, para que los catalanes se encuentren cómodos. Si en vez de cuatro hay que aceptar cuatro y medio, pues habrá que hacer un esfuerzo entre todos en favor del entendimiento.

PABLO IGLESIAS: lo que diga la gente. Sometámoslo a referendum. Eso es lo democrático. Adelanto que yo votaré a favor de que dos y dos son cuatro. Pero acataré la voluntad de la mayoría. Y no pasa nada.

MARIANO RAJOY: mientras yo sea presidente del Gobierno, dos y dos seguirán siendo cuatro, que nadie lo dude. Después, Dios dirá.