Francisco Nieva

El Beatle Debussy

Somos muchos los que lamentamos las grandes carencias de la enseñanza musical en España. Un niño músico ya es diferente de los demás. Para mí no es un niño normal sino uno mejor y de una superior estatura espiritual. Cuando tengo la suerte de toparme con uno así, me parece un regalo de la vida, un confidente espiritual ante el que me puedo descubrir, confesar, volver a ser de nuevo ese niño distinto, como ahora lo es él: -«¿Has escuchado alguna vez la "Petite suite"de Debussy? Chico, tú no sabes la impresión que me Debussy hizo escucharla cuando yo tenía tu misma edad. Podemos volverla a escuchar juntos y yo te explicaré por qué me pareció cosa tan distinta y como si fuera una música dedicada a mí, como si el músico francés me hubiera adivinado por dentro. Fue como si él se dijera: "Este chico español, de pueblo, que aprende música al piano, necesita que le den esta satisfacción. Está esperando que sus sueños azules y melancólicos, pero también llenos de esperanza, tengan una traducción musical. Hay que darle esa sorpresa y ese insuperable gustazo"». – «¿Te ríes? Pues esto es lo que hizo por ti y por mí ese músico tan moderno y con flequillo, como un Beatle. Si quieres lo comprobamos enseguida. También a ti te cae el pelo por la frente y esto promete que lo puedes entender muy bien. Todos pertenecéis al mismo rollo y al mismo club inmemorial y entusiasta de chicos con flequillo.

El chico accede, entusiasmado, y yo hago sonar la versión orquestal de la «Petite suite».

–Escucha... escucha... ¿No sientes que corre un aire distinto, no notas que la música se vuelve espacial y sugiere lejanías alegres y melancólicas? ¿Cuándo has oído antes unos acordes tan agridulces? Todo parece recubierto por una niebla de fábula entrañable. Sientes correr las nubes, las brisas, lo que se lleva el tiempo en alas del viento. Tanta belleza inaprensible, que escapa, escapa y se queda, para recordar y añorar. ¿No sientes lo mismo?

–¡Ha! Pues claro que sí. ¡Lo mismo, lo mismo! No me lo esperaba. Ha dicho bien: eso de que había sido escrito expresamente para ti y sólo para ti. Y, por supuesto, también para mí.

–¡Bravo! Pues aún hay más: están los «Preludios», «El mar», «Iberia», «El martirio de San Sebastián» y «Pelleas et Melisande», una ópera estremecedora en la que se oye tronar el Mar del Norte y el viento que se desliza por las estancias y galerías de un viejo castillo, cercado por un bosque interminable y lleno de susurros misteriosos. Todo ello en contraste con la juventud de sus protagonistas, bellos y desgraciados, dentro de un irisado ensueño musical. Estoy seguro de que, con esto, vas a flipar.