Estados Unidos

El cierre en EEUU y el liguero de la Lewinsky

Por ahora la sangre no llega al río. La prueba es que las bolsas europeas han reaccionado con indiferencia, alguna incluso ha subido. En Estados Unidos, también a corto plazo, no hay tragedia. Cierran museos, parques, zoos –con efectos nocivos para el turismo–, Correos, parte de la Agencia Tributaria(IRS) y ciertos tribunales en causas civiles. No sufren los servicios básicos, Policía, FBI, Sanidad (Medicare etc...) y los militares, allí es impopular tocarlos, percibirán a tiempo su paga. Hay, eso sí, 800.000 empleados públicos afectados. No despedidos,como se ha dicho aquí, simplemente de vacaciones forzadas sin remuneración. Ahora bien, nueva salvedad, cuando ha ocurrido algo parecido, han cobrado retroactivamente.

En la vez anterior, en 1995, el cierre duró 28 días, la economía cayó un punto trimestral hasta el 2,6% y el trimestre posterior –¡oh misterio!– se disparó hasta el 7,2%. Lo malo es que si esto se prolonga bastantes semanas, los republicanos, que han agarrado a Obama por los testículos del presupuesto para que detenga su reforma sanitaria –algo increíble para nosotros, oponerse a que 48 millones tengan cobertura– deberían tener buena memoria. En el 95, en la era Clinton, los electores los castigarían por su intransigencia. Sobre todo cuando su líder Gingrich tuvo la ocurrencia de manifestar que estaba molesto con Clinton porque lo había sentado muy atrás en un viaje en el avión oficial. Apareció como un quejica mimado. Alguien recuerda que aquel cierre burocrático redujo sensiblemente el personal de la Casa Blanca. Los becarios tuvieron más trabajo. Una de ellos, Monica Lewinsky, pudo entrar más veces en el Despacho Oval. En una ocasión dio un chasquido a su liguero que turbó al rijoso y enclaustrado Clinton. Brotó «la relación inapropiada». Casi le cuesta la Presidencia. Otro ejemplo del efecto mariposa.