Iñaki Zaragüeta

El imperio del orden y del caos

La jornada de ayer, políticamente hablando, ofreció un rosario de sorpresas que las próximas jornadas mostrarán si culmina en el restablecimiento del orden o en el imperio del caos. Por mucho que alguien coincida con aquello «bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad», lo conveniente y obligado es el respeto a legalidad. En una democracia, la vulneración de la legalidad sólo conduce al fracaso.

La dimisión de la directora general de la RTVV, Rosa Vidal, y de los cuatro miembros del Consejo de Administración designados por el PP obligó al presidente Alberto Fabra a rellenar el hueco. De lo contrario, dejaba descabezado el organigrama directivo de la Radiotelevisión valenciana y en manos de los trabajadores, los sindicatos y un Consejo de Administración sin quórum y compuesto por las personas elegidas por PSPV, Esquerra Unida y Comprimís.

Pienso que el jefe del Consell cumplió con su obligación al no permitir que todo y todos nos adaptáramos al caos. Lo digo dando por supuesto que cada uno de los pasos ejecutados ayer desde el Palau de la Generalitat está garantizado por la Ley, que siempre ofrece flancos para múltiples variables.

En cualquier caso, contemplo el escenario con preocupación, porque en el conflicto se mezclan intereses heterogéneos. Unos muy comprensibles al provenir de la preocupación personal de trabajadores que van a ser despedidos, con lo que ello conlleva de drama, otros no tan justificables al provenir del aprovechamiento político. Así es la vida.