Ely del Valle

El PSOE es una fiesta

El Supremo les acaba de dar el alegrón del año a Griñán y a Chaves que ven por fin cómo su deseo de declarar sobre el asunto de los ERE, expresado con firmeza en sendas entrevistas hace unos meses, cada vez está más cerca de verse cumplido. No puedo imaginarme el ambiente de júbilo y lambada que se ha debido de vivir en sus entornos familiares cuando ambos ex mandatarios hayan entrado en casa dando voces de alegría para contarles a sus respectivas esta buena nueva que, por cierto, no ha coincidido con la festividad de San Martín por un pelo. Cosa muy diferente es la que se les debe estar pasando por el cacumen a Susana Díaz y a Pedro Sánchez, porque cuando uno pone sobre el tapete de apuestas la mano y hace pública su disponibilidad a que se la achicharren, a lo primero que incitan decisiones como esta del Supremo es a ir haciendo acopio de un botiquín bien surtido, por si las moscas. Cierto es que, en estos casos, hay una serie interminable de recursos que permiten minimizar la gravedad de la quemadura, empezando por ese bálsamo de Fierabrás que es el de intentar tapar las miserias propias con las ajenas, y que en estos momentos hay munición de sobra, pero también es verdad que cada vez nos estamos haciendo todos más duchos a la hora de tomar nota sobre las promesas de quienes se comprometen a fumigar sus casas de manera rotunda y definitiva.

Ahora, gracias al Supremo, Chaves y Griñán van a tener la gran oportunidad de demostrar que están limpios de polvo y paja que es lo que decían que querían, y Díaz y Sánchez la de salvar sus puños de la quema para seguir repartiendo mandobles a esa corrupción que presentan como ajena, por eso no me cabe duda de que hoy el PSOE es una fiesta.