Opinión
Solo faltó la demostración sindical del Bernabéu
Ha sido una novedosa reivindicación la de este 1º de Mayo de ayer, fiesta de los trabajadores, por parte de los sindicatos UGT y CCOO manifestándose junto con hasta once ministros
Ha sido una novedosa reivindicación la de este 1º de Mayo de ayer, fiesta de los trabajadores, por parte de los sindicatos UGT y CCOO manifestándose junto con hasta once ministros. Una curiosa novedad, porque los sindicatos se supone que reclaman a los empresarios –y al Gobierno–, medidas como la reducción de jornada, la subida salarial y otras diversas para mejorar sus condiciones de trabajo, y especialmente lo plantean en el Gobierno a la vicepresidenta y ministra de Trabajo. Sin embargo, Yolanda Díaz se manifestó con ellos en plan estelar e hizo su mitin reivindicativo para pedir la «regeneración democrática» y la renovación del CGPJ, que no consta aparezca en ninguna plataforma reivindicativa de los derechos e intereses de los trabajadores. En esa misma línea, los secretarios generales Pepe Álvarez (y su bufanda), y Unai Sordo, asumieron íntegramente las conclusiones a las que llegó Sánchez tras su retiro de 5 días para reflexionar si le compensaba o no seguir martirizándose en La Moncloa al «servicio» de los españoles. Hasta ahora se conocía que el megagabinete del presidente, enviaba cada día a su megagobierno el cuestionario con el orden oficial del día para sus comparecencias ante los medios, pero se desconocía que también los sindicatos fueran destinatarios suyos. Aunque bien pensado, un Frente Popular digno de tal progresista denominación, requiere de su colaboración más estrecha. Y en justa reciprocidad obtienen estar más subvencionados que nunca, por la coalición «progresista» social comunista. Se trata en definitiva de un «do ut des», un intercambio de favores en justa reciprocidad entre el Gobierno y los sindicatos oficiales. También resultó novedosa la reclamación por el «pleno empleo» ardientemente defendida por las dos vicepresidentas sanchistas que tienen no pocas competencias en sus manos para conseguirlo, fijando el marco económico fiscal y social necesario para poderlo alcanzar, al ser las responsables de la Hacienda Pública y de la ya mencionada de Trabajo. Por lo que no quedó claro a quién le reivindicaban la creación de ese pleno empleo, porque crear empleo puede ser una tarea apasionante o incluso una vocación, pero no se puede imponer como una obligación personal para nadie. Aunque está claro que manifestándose juntos el Gobierno y los sindicatos oficiales el 1º de Mayo, solo faltó una «demostración sindical» en el Estadio Santiago Bernabéu como final festivo de la jornada. La «memoria histórica y democrática» sanchista, hubiese tenido una oportunidad de oro para crear doctrina al respecto, discerniendo si la jornada de ayer podía ser considerada como una apología del franquismo o por el contrario, como una astuta y ruidosa descalificación del mismo.
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